A la Isabel sí que le gusta complicar las cosas verdad? Ya sabemos que tiene ésas ínfulas de grandeza y quiere jugar a la extravagante cuando la cosa es de lo más sencilla. Aquí tenemos a nuestra prota que es una heroína medio rosada con una familia bien compuestita aunque viven en un remolque pero ¿quién es perfecto verdad? el asunto se pone medio feo cuando se entera que se va a morir; así... a pelo... y después de un simple desmayo el doctor le da la buena nueva y ella que es un encanto le pide un caramelo...si siiiii señores, como se las cuento. Pero este monumento a la bondad decide dejarle la vida mas o menos arregladita al futuro viudo y de paso cañazo le da murra a un tipo en la lavandería a ver si antes de morirse no se lleva la cuenta pendiente de revolcones en el piso con un cualquiera, y todo un acopio de boludeces que para que estirar el asunto. Aburridilla y desabrida Mi vida sin mí es otra pavada lacrimógena made in Coixet... y bueno que esperaban? algo de Woody Allen?