Inclasificable película australiana centrada en los años 50 en donde una modista que ha triunfado en Europa regresa a su pueblo natal en Australia para resolver asuntos pendientes. Y estos asuntos pendientes los tiene con el pueblo entero. La acidez de la narración y el carácter "peli del oeste" infunde un carisma y una personalidad propia a la historia. El peso actoral recae en los hombros de esa gran actriz que es Kate Winslet, quien de manera elegante recorre las calles de ese pueblo estancado, de ese vacío pasado en el que casi no la recuerda ni su propia madre. De destacar la interpretación que hace de ésta una Judy Davis soberbia, inmensa, poderosa. También es destacable un Hugo Weaving que parece pasárselo bien en ese personaje de policía obseso de los tejidos, los cortes y la confección. De Liam Hemsworth poco que decir, algo así como que hace de Piqué con la Shakira de turno (paralelismo por edades, entre otras cosas).

La máquina de coser de Jocelyn Moorhouse se desata con un ritmo que no decae, haciendo que la historia se presente como interesante y sabiendo combinar el drama más clásico con el humor dosificado, el western experimental con el drama rural al uso. En definitiva, una película que compone varios géneros y que, de ninguna manera, se podría clasificar en ninguno de ellos. Recomendable.