Puede funcionar. Quizá tal vez dependa del día en que se vea, o del estado de ánimo con que uno la afronte, pero puede funcionar. Es, ante todo, una película modesta, pero que a la vez posee un reparto bastante bueno. Kristen Wiig, 'Imogene', fracasada en trabajo, amor y familia, cae de rebote y por medio de una condena algo surrealista, en el hogar familiar para estar bajo la supervisión de su madre, una Annette Bening que es de lejos de lo mejor de la película, una jugadora compulsiva y de la que Imogene no guarda buenos recuerdos. Allí también se encontrará con Ralph, su hermano, que posee una empatía con los crustáceos que va más allá de lo normal y con George Bush, un agente secreto que ahora es el novio de su madre, perfectamente encarnado por un Matt Dillon que nos hace regresar a "Algo pasa con Mary".

Pero tras la comedia, "Casi perfecta" esconde un drama bastante sentido, el drama del fracaso subyacente en todos y en cada uno de sus personajes. Las frustraciones se complementan y se conocen, y hasta los personajes secundarios van mostrándonos sus carencias en sus mundos de triunfadores. Hay momentos en que la trama decae, y es quizá al comienzo cuando más le cuesta arrancar debido a ese carácter de la protagonista más artificial y más falso que más tarde se borrará del todo.

Decididamente, puede funcionar. Así que ni caso a las críticas que se nos muestran de los críticos norteamericanos.