Paso por alto lo del homenaje a "La ventana indiscreta" ya que no tiene nada que ver con aquella, tal vez los prismáticos y la ventana. Si obviamos esa consideración, nos quedamos ante una película de adolescentes en donde el protagonista cumple arresto domiciliario por una agresión. Entonces empieza a espiar a sus vecinos y da con una buenorra y con un asesino. Y ya está.
Pero la película pasa lentamente entre miradas y miradas. Una vez a la piscina y otra vez a la puerta del garaje. Y claro, a todas estas, algo tiene que pasar. Pero sucede en los últimos quince minutos, y se cuenta de manera atropellada y confusa, tirando por la borda todo el trabajo anterior que, digamos, era cuanto menos flojo. Tal vez salvaría a David Morse, pero tampoco es una proeza. Entre tanta desgana no debería ser difícil brillar algo (además, está en su salsa ya que esos papeles se le dan muy bien).
spoiler:
Los problemas que el protagonista se supone que tiene por la muerte de su padre desaparecen a los diez minutos. En ningún momento nos hace sentir que sea un muchacho atormentado ni problemático.
El personaje de David Morse surge de la nada de manera atropellada. Un asesino que se sabe que tiene un coche concreto de un color concreto y con una abolladura en un lugar concreto y nadie investiga a este señor. Es más, saca bolsas de basura y compra palas como si nada fuera con él.
Por otro lado, dudé en alguna ocasión si el protagonista era Shia LaBeouf o Jorge Lorenzo.