Media votos
7,6
Votos
451
Críticas
8
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Michael Ginsberg:
9
7,4
7.755
Drama
Léo y Rémi, de 13 años, son amigos de toda la vida. Hasta que un suceso impensable los separa. Léo se acerca entonces a Sophie, la madre de Rémi, para tratar de entender. (FILMAFFINITY)
9 de diciembre de 2022
153 de 163 usuarios han encontrado esta crítica útil
Querido lector, si todavía no has tenido la oportunidad de ver la película, te recomiendo que dejes de leer este comentario, continúes bajando y leas las demás opiniones de los compañeros porque lo que yo aquí, humildemente, propongo es una reflexión sobre el lirismo del color y las imágenes, para lo que encuentro imprescindible tener en la cabeza las secuencias a las que me voy a referir. Por supuesto, una vez la hayas visto, estas invitadísimo a volver para adentrarte en esta reflexión.
Comenzamos, pues. Diré que me ha fascinado el trabajo de este cineasta que, lejos de contar una historia emotiva como cualquier otra, lleva a cabo un ejercicio cinematográfico que es merecedor de estudio. Concretamente me gustaría hacer una reflexión sobre el uso del color y su importancia en la historia. Me ha seducido como Lukas Dhont utiliza el color, no como recurso estético (aunque también), sino como recurso narrativo, resultando un film eminentemente poético. Para ello, hace uso de una triada de colores del círculo cromático que resultan ser los colores primarios, a saber, el rojo, el amarillo y el azul, que a grandes rasgos simbolizan, respectivamente, el amor o la ira, la alegría y la tristeza; los sentimientos primarios de todo ser humano y los tres pilares de esta película. Aunque ya te adelanto que es el rojo el que impera durante todo el filme. Fuera del círculo cromático encontramos también un importante uso del blanco como contraposición al anterior, que analizamos a continuación.
Por un lado, mediante el color de las camisetas de nuestros protagonistas, el director nos describe sus personalidades y la relación entre ambos. En un primer momento, nos presenta a dos buenos amigos disfrutando del verano, felices y sin preocupaciones, en el cual los personajes están vestidos con varios y diferentes colores, ninguno en especial, lo que representaría la libertad de expresarse tal y como son. Sin embargo, hay un acontecimiento que cambia esto. La vuelta a clase. El director, de ahora en adelante, separa a sus personajes por colores. Nos presenta a Léo siempre de blanco mientras que a Rémi siempre de rojo. Vosotros mismos lo podéis comprobar en la portada de la película. Durante esta primera parte, estos colores se mantendrán en todo momento. Leo es blanco, tiene la necesidad de ser aceptado en su sociedad siendo este color muy asociado a lo neutro (sin personalidad que destaque), a la pureza, a esa necesidad de aparentar para tener la aprobación ajena. En definitiva, lo que lo mueve es lo que piensen los demás sobre él, lo que lo lleva a dejar de lado a su amigo. Cosa que condiciona a Rémi, que ahora lo vemos de rojo, lo que muestra que es totalmente pasional, el amor es lo que le mueve, la rabia, el disgusto, la ira. Es una persona de sensaciones intensas e incontrolables. A su vez este color representa peligro.
Además, no solo es importante el color de los personajes sino también el color que los envuelve y une. En este aspecto impera el amarillo. La casa de Rémi, donde Léo se queda muchas veces a dormir, es el refugio de estos dos amigos. Todas las paredes de la casa son amarillas, luminosas, transmiten alegría, juventud, inocencia, familiaridad, amistad, incluso podemos relacionarlo con los sueños y lo idílico. Toda la casa es amarilla, toda, menos la habitación de Rémi, que es completamente roja, como su personaje, donde ambos se resguardan. Ambos duermen en la misma cama. Es su asilo, su intimidad, la cual se tiñe de rojo. De nuevo, el color del amor, de la pasión (y del peligro) que une y rodea a ambos personajes.
Estos también se ven representados a través de las flores; en el campo hay flores blancas y flores rojas. Igual que nuestros personajes. A diferencia de lo que pueda parecer, este elemento de similitud no es baladí. Hay un momento en la película en el que se arrancan o desarraigan las flores de color rojo, momento que supone un punto de inflexión, pues desencadenará la tragedia que el propio color rojo (peligro) nos ha estado advirtiendo. Así pues, frente al hecho de que su mejor amigo le esté dando la espalda, los sentimientos pasionales de Rémi (rojo) se exteriorizan, dando como resultado una pelea entre los protagonistas. (Continua en spoiler)
Comenzamos, pues. Diré que me ha fascinado el trabajo de este cineasta que, lejos de contar una historia emotiva como cualquier otra, lleva a cabo un ejercicio cinematográfico que es merecedor de estudio. Concretamente me gustaría hacer una reflexión sobre el uso del color y su importancia en la historia. Me ha seducido como Lukas Dhont utiliza el color, no como recurso estético (aunque también), sino como recurso narrativo, resultando un film eminentemente poético. Para ello, hace uso de una triada de colores del círculo cromático que resultan ser los colores primarios, a saber, el rojo, el amarillo y el azul, que a grandes rasgos simbolizan, respectivamente, el amor o la ira, la alegría y la tristeza; los sentimientos primarios de todo ser humano y los tres pilares de esta película. Aunque ya te adelanto que es el rojo el que impera durante todo el filme. Fuera del círculo cromático encontramos también un importante uso del blanco como contraposición al anterior, que analizamos a continuación.
Por un lado, mediante el color de las camisetas de nuestros protagonistas, el director nos describe sus personalidades y la relación entre ambos. En un primer momento, nos presenta a dos buenos amigos disfrutando del verano, felices y sin preocupaciones, en el cual los personajes están vestidos con varios y diferentes colores, ninguno en especial, lo que representaría la libertad de expresarse tal y como son. Sin embargo, hay un acontecimiento que cambia esto. La vuelta a clase. El director, de ahora en adelante, separa a sus personajes por colores. Nos presenta a Léo siempre de blanco mientras que a Rémi siempre de rojo. Vosotros mismos lo podéis comprobar en la portada de la película. Durante esta primera parte, estos colores se mantendrán en todo momento. Leo es blanco, tiene la necesidad de ser aceptado en su sociedad siendo este color muy asociado a lo neutro (sin personalidad que destaque), a la pureza, a esa necesidad de aparentar para tener la aprobación ajena. En definitiva, lo que lo mueve es lo que piensen los demás sobre él, lo que lo lleva a dejar de lado a su amigo. Cosa que condiciona a Rémi, que ahora lo vemos de rojo, lo que muestra que es totalmente pasional, el amor es lo que le mueve, la rabia, el disgusto, la ira. Es una persona de sensaciones intensas e incontrolables. A su vez este color representa peligro.
Además, no solo es importante el color de los personajes sino también el color que los envuelve y une. En este aspecto impera el amarillo. La casa de Rémi, donde Léo se queda muchas veces a dormir, es el refugio de estos dos amigos. Todas las paredes de la casa son amarillas, luminosas, transmiten alegría, juventud, inocencia, familiaridad, amistad, incluso podemos relacionarlo con los sueños y lo idílico. Toda la casa es amarilla, toda, menos la habitación de Rémi, que es completamente roja, como su personaje, donde ambos se resguardan. Ambos duermen en la misma cama. Es su asilo, su intimidad, la cual se tiñe de rojo. De nuevo, el color del amor, de la pasión (y del peligro) que une y rodea a ambos personajes.
Estos también se ven representados a través de las flores; en el campo hay flores blancas y flores rojas. Igual que nuestros personajes. A diferencia de lo que pueda parecer, este elemento de similitud no es baladí. Hay un momento en la película en el que se arrancan o desarraigan las flores de color rojo, momento que supone un punto de inflexión, pues desencadenará la tragedia que el propio color rojo (peligro) nos ha estado advirtiendo. Así pues, frente al hecho de que su mejor amigo le esté dando la espalda, los sentimientos pasionales de Rémi (rojo) se exteriorizan, dando como resultado una pelea entre los protagonistas. (Continua en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Esta pelea supone la última vez que se hablan y se miran a los ojos. A partir de este momento, el refugio de Léo, antes la casa de Rémi, amarilla, luminosa, que simbolizaba la amistad y la alegría será sustituida por su propia casa, en la que impera el azul, los colores oscuros, fríos, simbolizando la tristeza y la soledad que, ahora, envuelve al personaje. A su vez, no veremos nunca más a Léo vestido de blanco, sino que lo veremos con distintos colores acorde con el resto de los compañeros simbolizando la finalmente lograda integración de Léo en el grupo, lo que este tanto deseaba. Esta integración ocurre concretamente en la playa, donde Léo está jugando con el resto de los compañeros como un integrante más del grupo, vestido con los mismos colores.
Tristemente hay que volver al autobús, poner rumbo a casa, y hacer frente a la pérdida de su amigo Rémi. De aquí en adelante el color rojo, propio de Rémi, desaparece (con él) del filme salvo en el caso de un personaje, que adopta dicho color como propio, esto es, su madre en su estado más pasional y vulnerable (en el funeral, en el concierto, cuando visita a Léo en el hockey).
Sin embargo, vuelve el color rojo de nuevo materializado en las flores, cuando es Léo el que replanta las flores rojas (aquellas que fueron desarraigadas anteriormente y que desencadenaron la tragedia) simbolizando el resurgir de la esperanza y del amor y siendo el hermano quien adopta, por último, el color rojo como propio, actuando como parche o sustituto de aquel amigo tan querido, con el que juega y duerme.
Llegando al tramo final de la cinta, una de las últimas escenas, de las más simples, creo que tiene un valor especial. Hablo de la última vez que Léo vuelve a casa de su mejor amigo y mira por la ventana, a través del cristal, para descubrir que la casa amarilla, ahora está vacía, inhabitada, donde ni siquiera siguen los muebles que una vez estuvieron. Esta vez relacionando el amarillo con los recuerdos que evoca la propia casa. Encontramos a Léo como mero observador desde el exterior, quien antes estaba rodeado de esas mismas paredes amarillas, alegres, pero ya no. Ahora, las mira desde fuera, desde la tristeza y la soledad, y recuerda la alegría y la amistad, desde la distancia, con nostalgia y melancolía. Esta escena no es solo un niño mirando una casa a través de una ventana, señoras y señores, esto es pura poesía visual.
Cabe mencionar también que la poesía no solo la encontramos protagonizada por el color. El director crea rimas visuales mediante la repetición de planos y secuencias, en las que en un primer momento estaban los dos amigos, mientras que cuando son repetidas, Rémi ya no está, acentuando así la ausencia del personaje en la vida de Léo. También, encontramos una confrontación muy poética entre el daño físico, derivado de una rotura de brazo, el cual cura rápido y sin problema, y el daño sentimental, causado por la pérdida de un buen amigo, que no termina de sanar jamás.
Pero, volviendo al color y para terminar, es la última secuencia la que debe de ser analizada en especial; Léo corre por el campo, entre las flores, como solía hacer con Rémi. De repente se detiene y mira hacia atrás, buscando a su mejor amigo con la mirada, pero este ya no está, ya no lo sigue corriendo como en los viejos tiempos. Al no encontrarlo, vemos como Léo vuelve la mirada hacia el frente y continúa corriendo. Créditos. En mi opinión, no es tanto el gesto de dejar atrás la figura de Rémi, como el de seguir adelante con su recuerdo. Así, finalmente, en el campo hay flores rojas, tal y como solía haberlas, sin embargo, no las hay blancas y, en su lugar, ahora aparecen de color rosa (blanco + rojo), alegorizando que la pureza y la neutralidad han sido manchadas por la pasión, y simbolizando de esta forma el cambio del personaje de Léo, que deja de ser blanco, frente al recuerdo de Rémi, que nunca dejará de ser rojo.
Tristemente hay que volver al autobús, poner rumbo a casa, y hacer frente a la pérdida de su amigo Rémi. De aquí en adelante el color rojo, propio de Rémi, desaparece (con él) del filme salvo en el caso de un personaje, que adopta dicho color como propio, esto es, su madre en su estado más pasional y vulnerable (en el funeral, en el concierto, cuando visita a Léo en el hockey).
Sin embargo, vuelve el color rojo de nuevo materializado en las flores, cuando es Léo el que replanta las flores rojas (aquellas que fueron desarraigadas anteriormente y que desencadenaron la tragedia) simbolizando el resurgir de la esperanza y del amor y siendo el hermano quien adopta, por último, el color rojo como propio, actuando como parche o sustituto de aquel amigo tan querido, con el que juega y duerme.
Llegando al tramo final de la cinta, una de las últimas escenas, de las más simples, creo que tiene un valor especial. Hablo de la última vez que Léo vuelve a casa de su mejor amigo y mira por la ventana, a través del cristal, para descubrir que la casa amarilla, ahora está vacía, inhabitada, donde ni siquiera siguen los muebles que una vez estuvieron. Esta vez relacionando el amarillo con los recuerdos que evoca la propia casa. Encontramos a Léo como mero observador desde el exterior, quien antes estaba rodeado de esas mismas paredes amarillas, alegres, pero ya no. Ahora, las mira desde fuera, desde la tristeza y la soledad, y recuerda la alegría y la amistad, desde la distancia, con nostalgia y melancolía. Esta escena no es solo un niño mirando una casa a través de una ventana, señoras y señores, esto es pura poesía visual.
Cabe mencionar también que la poesía no solo la encontramos protagonizada por el color. El director crea rimas visuales mediante la repetición de planos y secuencias, en las que en un primer momento estaban los dos amigos, mientras que cuando son repetidas, Rémi ya no está, acentuando así la ausencia del personaje en la vida de Léo. También, encontramos una confrontación muy poética entre el daño físico, derivado de una rotura de brazo, el cual cura rápido y sin problema, y el daño sentimental, causado por la pérdida de un buen amigo, que no termina de sanar jamás.
Pero, volviendo al color y para terminar, es la última secuencia la que debe de ser analizada en especial; Léo corre por el campo, entre las flores, como solía hacer con Rémi. De repente se detiene y mira hacia atrás, buscando a su mejor amigo con la mirada, pero este ya no está, ya no lo sigue corriendo como en los viejos tiempos. Al no encontrarlo, vemos como Léo vuelve la mirada hacia el frente y continúa corriendo. Créditos. En mi opinión, no es tanto el gesto de dejar atrás la figura de Rémi, como el de seguir adelante con su recuerdo. Así, finalmente, en el campo hay flores rojas, tal y como solía haberlas, sin embargo, no las hay blancas y, en su lugar, ahora aparecen de color rosa (blanco + rojo), alegorizando que la pureza y la neutralidad han sido manchadas por la pasión, y simbolizando de esta forma el cambio del personaje de Léo, que deja de ser blanco, frente al recuerdo de Rémi, que nunca dejará de ser rojo.