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Voto de Nashville:
8
Comedia Jan y Nick son una joven pareja que están muy ocupados instalándose en su nueva casa. Cuando despegan el viejo papel de la pared descubren una inscripción que dice, "Maxie Malone vivió aquí. Léelo y llora". Por su casera se enteran que era una actriz de cine mudo que vivía allí. La curiosidad de Nick le hace alquilar la película y ante su incredulidad, la propia Maxie se le aparece en el salón. A partir de ese momento Maxie, con su ... [+]
19 de octubre de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mandy Patinkin (Mentes Criminales, Homeland) interpreta a Nick, un entrañable bibliotecario cuya esposa, Jan (Glenn Close) es poseída por el espíritu de Maxie Malone, una actriz de vodevil de los años 20 cuya súbita muerte truncó su sueño de ser una estrella de cine y ahora regresa al mundo de los vivos para conseguirlo. El joven matrimonio se encuentra en medio de una serie de enredos provocados por el fantasma de Maxie, que se introduce en el cuerpo de Jan sin previo aviso y con demasiada frecuencia, ante el estupor de Nick, que quiere desesperadamente recuperar a su mujer.
La sinopsis de esta comedia de 1985 dirigida por Paul Aaron aventura ya elevadas dosis de surrealismo, pero lo que uno descubre viendo esta película injustamente desapercibida por el gran público es una delicia difícil de etiquetar. Es melancólica y la vez optimista (dualidad perfectamente representada por Ruth Gordon), tiene tintes de clásico y a la vez cierta rebeldía porque, desde luego, se sale de lo normal. Es una cinta pequeña, sin ira, sin maldad y ambientada en una encantadora ciudad de San Francisco.
Lo mejor de la película es jugar a adivinar cuándo Close es Jan y cuándo Maxie, aunque pronto se hace patente. A la protagonista de cintas como Amistades Peligrosas o Atracción Fatal le basta un sutil cambio en la expresión para convertirse en la modesta mujer de Nick o en la impetuosa Maxie Malone, lo que le valió una nominación al Globo de Oro. El pobre marido está perplejo, pero no decepcionado, pues la alocada Maxie exuda mucho más sex appeal que su prudente esposa a la que, por otra parte, profesa auténtica lealtad. Patinkin enternece el enredo con el carisma del actor clásico, cuya dulzura refinada recuerda a los intérpretes del Tecnicolor. En resumidas cuentas, una excéntrica joya con mucho encanto para un buen atracón de palomitas.
Nashville
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