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Voto de Sergio Berbel:
9
Drama Vada es una adolescente que trata de superar los efectos secundarios que sufre tras vivir una tragedia en su instituto. Tras esta experiencia, la relación con su familia y sus amigos, así como su forma de ver el mundo, cambiarán para siempre.
4 de febrero de 2022
14 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es altamente improbable que falles si te dejas acunar por las tres letras mágicas, HBO. Y la gran fábrica de la calidad audiovisual apostó fuerte por la ópera prima tras la cámara (como guionista y directora nada menos) de la actriz canadiense Megan Park. Con sus 35 años y sin experiencia previa tras la cámara, Megan Park nos deja marcados a los tan apabullados como agradecidos espectadores de “The Fallout”. Así lo corrobora el unánime éxito de crítica y público que ha alcanzado esta cinta.

Con su lúcida y exquisita primera película, Megan Park nos ofrece una apasionante vuelta de tuerca al género de las “High-Scholls movies” y nos introduce en las entrañas de un instituto norteamericano para contarnos lo que nunca se cuenta. No le interesan las peripecias de los adolescentes que lo conforman, ni sus fiestas ni desfases. Tampoco el caldo de cultivo que acaba con un tiroteo de un alumno perturbado y muchos compañeros fallecidos porque sabe que, en esa cuestión, “Elephant” de Gus Van Sant ya lo dejó todo dicho y bien dicho.

“The Fallout” es muy inteligente y decide asomarnos más allá, es decir, a las consecuencias psicológicas del crimen en dos alumnas que han sobrevivido a la masacre y que son conscientes de que la posibilidad de acceder con armas a un instituto y generar una masacre es más fácil de lo que parece a simple vista y que sólo el caprichoso azar de hacer coincidir a ambas en ese momento en el baño es lo único que las ha salvado de una muerte segura.

Megan Park nos lega un film juicioso, serio, adulto y muy profundo sobre qué ocurre en la cabeza de esas dos adolescentes que apenas se conocían y que ser supervivientes de la tragedia las va uniendo de forma indeleble y para siempre. Pero esta cineasta superdotada no nos cuenta ningún camino de rosas ni de superación personal de gentes que con éxito se sobreponen a sus traumas (me hubiera hecho vomitar la cinta en ese caso), porque sencillamente existen acontecimientos de los que una persona jamás va a salir una vez vividos y cuyas secuelas son eternas y profundas. Y esa es la moraleja de tan inteligente como interesante película.

Las dos adolescentes, impresionantemente interpretadas por unas maravillosas Jenna Ortega y Maddie Ziegler, jamás van a volver a ser las mismas personas y la tragedia las va a unir, las va a empujar a experimentar un alivio artificial a través de las drogas, va a cambiar su relación familiar de forma definitiva e incluso les va a afectar en sus opciones sexuales. Son dos náufragas sin destino, supervivientes en una isla desierta de dolor y consternación constante.

Y, mientras fraguan esa amistad, consiguen no morir de dolor y desesperación, porque es lo único que les queda. Puede que en algún momento el film te pueda parecer ligero, pero no lo es, porque derrocha una enorme sabiduría en dirección y guión para no rozar nunca el límite del telefilm adolescente y navegar por aguas complejas que han captado absolutamente la atención y la admiración de este adulto.

Por cierto, la violencia siempre queda fuera de campo. Lo dicho, todo es inteligente en esta pequeña gran joya con la que debuta Megan Park.
Sergio Berbel
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