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Polonia Polonia · Terrassa
Voto de Taylor:
8
Bélico. Drama Relato sobre los orígenes, el desarrollo y el fin del enfrentamiento entre el Frente de Liberación Nacional (FLN) de Argelia y las autoridades coloniales francesas en la Guerra de Independencia de Argelia (1954-1962). El protagonista, Ali La Pointe, es uno de los más destacados activistas de la Casbah de Árgel.
1 de enero de 2010
24 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Partiendo de la base que “La batalla de Argel” fue una peli encargada por el gobierno argelino, no debería extrañarnos en absoluto que Pontecorvo nos describa a los magrebíes como un pueblo heroico que lucha por su libertad y a los franceses como un clan de blancos que se creen superiores y que se resisten a renunciar a una de sus colonias más importantes en el norte de África. Considero, pues, que Pontecorvo es tremendamente honesto y coherente con su propia ideología y la de su cliente y que cualquier otro planteamiento (en teoría más imparcial) hubiera estado fuera de lugar en pleno 1965.

Cierto es que el italiano se recrea mostrándonos las torturas y las ejecuciones (por Madame Guillotine no pasan los años) a los presuntos terroristas del FLN por parte de los militares franceses y quizás no se preocupa tanto de exhibirnos la sangre, las vísceras y los miembros amputados de las víctimas terroristas francesas pero, por Dios, no perdamos la perspectiva. La casbah de Argel no era un nido de fundamentalistas religiosos que se dedicaban a poner bombas en nombre de Alá. La casbah de Argel fue el germen de un sentimiento de rechazo hacia una contexto político y militar a todas luces tiránico e injusto (el colonialismo francés) que emergió en forma de grupúsculo terrorista piramidal (el FLN) y que, con el tiempo, se instaló en todo el país. Y fue entonces, cuando la insurrección popular se hizo incontrolable, cuando por fin Francia cedió y Argelia logró la codiciada independencia. Sería absurdo y penoso, por lo tanto, que alguien quisiera censurar el buen hacer de Pontecorvo trazando cualquier paralelismo entre el terrorismo del Frente de Liberación Nacional Argelino y cualquier otro grupo terrorista actual como ETA o Al-Qaeda. Nada que ver, vaya.

Pero bueno, dejemos de politiquear y centrémonos en los aspectos formales de la peli porque creo que precisamente en ellos radica gran parte de la enjundia y la trascendencia de “La batalla de Argel”. Me estoy refiriendo, como no, a la extraordinaria fotografía en b/n de Marcello Gatti y a ese estilo de falso documental que adopta Pontecorvo y que le otorga a su peli una credibilidad y una verosimilitud (las dos cosas) abrumadora. Un estilo que alterna magistralmente el empleo de primeros planos y de planos generales con muchos figurantes (en plan Eisenstein) y que, pese a su frialdad descriptiva, consigue algo muy importante: que el espectador crea lo que está viendo.
Taylor
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