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Polonia Polonia · Terrassa
Voto de Taylor:
8
Drama. Romance Durante un viaje en autobús, la vedette de una compañía francesa de revista sufre un ataque de apendicitis y debe quedarse en un pueblo español para ser operada. Su llegada revoluciona la conservadora y aburrida vida de la localidad, y especialmente la del médico que la trata. (FILMAFFINITY)
4 de mayo de 2010
31 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que Juan Antonio Bardem es uno de los grandes del cine español no es ningún descubrimiento ni ninguna primicia. Pero a diferencia de otros grandes como Buñuel o Berlanga, he de admitir que de Juan Antonio sólo había visto -antes de ésta- dos pelis: “Muerte de un ciclista” y “Calle Mayor”. Dos pelis, por cierto, absolutamente prodigiosas.

Quizás por ello, un buen día, me animé a indagar en su filmografía. Consideraba que un tío que había firmado dos pelis como las anteriormente mencionadas debía disponer de algún que otro trabajo digno de revisar. Para mi sorpresa, no encontré en su filmografía demasiados títulos que atrajeran poderosamente mi curiosidad. Me quedé, finalmente, con dos: “Cómicos” y “Nunca pasa nada”. Una peli, ésta última, que no sé por qué extraña razón atribuía a Fernán-Gómez. Tal vez por eso mismo, por haber padecido ese extraño lapsus, decidí abordarla inmediatamente.

Antes de hacerlo, sin embargo, le eché un vistazo a las críticas publicadas en la página y me encontré con la de mi colega Quim. Un tipo de cuyo criterio cinéfilo me fío más que del mío propio. Tras leérmela de cabo a rabo supe que esta peli iba a gustarme. Y mucho.

Y, como no, me gustó. Me gustó porque, en muchos de sus tramos, volví a experimentar esa lánguida tristeza, esa tremenda amargura y desaliento que me suscitó en su día “Calle Mayor”. Volví a sentir la impotencia y la frustración de verme ahogado, asfixiado, en una capital de provincias. Volví a sentir como la mirada escrutadora de los lugareños se clavaba en mi nuca y como los murmullos crecían a mi paso. Volví a sentir como ese amor imposible me consumía por dentro y como una despiadada y progresiva indolencia aletargaba mi razón… y mis ilusiones. Volví a sentir como ese autobús que partía ante mi constituía, efectivamente, una nueva oportunidad perdida. Otra más. Quizás la última.

En fin, que si os gustó “Calle Mayor” no os perdáis “Nunca pasa nada”. Quizás no es tan buena, de acuerdo, pero vale la pena verla. Palabra.
Taylor
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