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Polonia Polonia · Terrassa
Voto de Taylor:
8
Drama Un autobús escolar se despeña montaña abajo y se hunde en un lago helado. En el accidente mueren todos los niños del pueblo. El abogado Mitchell Stevens se entrevista con los padres, reabre sus heridas del pasado y les propone llevar el caso a los tribunales. (FILMAFFINITY)
8 de noviembre de 2007
30 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
No resulta fácil defender un drama como lo hace Egoyan renunciando a casi todos aquellos recursos de manual sobre los que navegaría cualquier director de tres al cuarto para narrar tan espeluznante tragedia. Para que nos entendamos: “El dulce porvenir” sintonizaría mucho más con Coixet que con Von Trier. Salvando las distancias, claro. El planteamiento de Egoyan es cálido, intimista. Equidistante entre la lagrimita y el aspaviento.

Coincido con otros usuarios en que la peli anda justita de emoción. Sin embargo, precisamente en esa tesitura radica el acierto de la propuesta del canadiense. En la contención, en la entereza, en el aplomo. La procesión va por dentro. Egoyan traza una historia paralela a la de la tragedia escolar mediante contadas pinceladas que nos muestran la deteriorada relación del abogado protagonista con su hija seropositiva y yonkie. El letrado se encargará de meter el dedo en la llaga, de encauzar la ira de unos lugareños acostumbrados ancestralmente a fagocitar su fatalidad de puertas hacia dentro.

A esa historia dual se le agrega como referencia constante el cuento de “El flautista de Hamelin”. Si a ese proporcionado tríptico le adjuntamos la música y la fotografía idónea, el resultado es, como poco, satisfactorio. Altamente satisfactorio, diría yo, visto ese inesperado final.

Ian Holm, además, se merece las dos orejas y el rabo. Palabra.
Taylor
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