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Aventuras. Drama
Años después de la II Guerra Mundial (1939-1945), el soldado alemán Clemens Forell huyó de un campo de concentración de Siberia y emprendió una larga y dramática huida a través de las heladas llanuras siberianas con la obsesión de regresar a su casa. Tuvo que recorrer, paso a paso, un difícil camino hasta que llegó a Irán, consiguiendo así salvar la vida y recuperar la libertad. (FILMAFFINITY)
29 de julio de 2008
53 de 60 usuarios han encontrado esta crítica útil
En nuestra hiperacomodada sociedad de consumo resulta casi delirante sostener que todo ser humano es capaz de amoldarse a las circunstancias físicas y psicológicas más adversas por puro instinto de supervivencia. Y digo delirante porque muchos de nosotros creemos que no podríamos vivir sin aire acondicionado, sin móvil o sin pantalla de plasma. Pero eso no es así. Es una falacia. Muchos de nosotros seríamos capaces de comer carne de rata, beber de nuestros propios orines o meter las manos congeladas en las entrañas de un animal para sobrevivir. Creo que la jerarquía de las necesidades de Maslow da una explicación más o menos convincente al respecto.
Además, pelis como “Hasta donde los pies me lleven” corroboran dicha afirmación. Tal vez no sea necesario un conflicto bélico para comprobar como responderíamos ante una situación límite, pero sin lugar a dudas diversos episodios acontecidos durante la segunda guerra mundial constituyen paradigmas inequívocamente perfectos para defender mi tesis. En este caso la prueba empírica la obtenemos a través de Clemence Forell, soldado alemán confinado por los rusos a un campo de castigo en el último rincón de la Unión Soviética. El hambre, la sed, el cansancio, el frío o las continuas vejaciones determinarán hasta donde puede llegar nuestra capacidad de sufrimiento si ponemos todo nuestro empeño en alcanzar un objetivo. En este caso: conservar la vida, recuperar la libertad y volver con la familia. Para lograrlo, Forell deberá cruzar a pie kilómetros y kilómetros de ese inhóspito desierto helado denominado Siberia.
En este sentido “Hasta donde los pies me lleven” es una peli amena, emocionante y visualmente extraordinaria. Contiene, pues, diversos alicientes que la convierten en un producto atractivo ( contexto bélico, drama carcelario, paisajes de inconmensurable belleza, aliento homérico...) que apuntala y certifica su éxito de taquilla. A destacar también su inevitable referencia hacia otros títulos míticos como “Un traidor en el infierno”, “La gran evasión”, “El fugitivo” o “Dersu Uzala”. Si algo puede achacársele en detrimento suyo son las múltiples lagunas en el guión. Algunos saltos en la acción son demasiado bruscos y las reiteradas apariciones del oficial ruso que persigue porfiadamente a Forell resultan a veces casi casi esperpénticas.
Aún así, absolutamente recomendable para pasar un buen rato y relajar neuronas.
Además, pelis como “Hasta donde los pies me lleven” corroboran dicha afirmación. Tal vez no sea necesario un conflicto bélico para comprobar como responderíamos ante una situación límite, pero sin lugar a dudas diversos episodios acontecidos durante la segunda guerra mundial constituyen paradigmas inequívocamente perfectos para defender mi tesis. En este caso la prueba empírica la obtenemos a través de Clemence Forell, soldado alemán confinado por los rusos a un campo de castigo en el último rincón de la Unión Soviética. El hambre, la sed, el cansancio, el frío o las continuas vejaciones determinarán hasta donde puede llegar nuestra capacidad de sufrimiento si ponemos todo nuestro empeño en alcanzar un objetivo. En este caso: conservar la vida, recuperar la libertad y volver con la familia. Para lograrlo, Forell deberá cruzar a pie kilómetros y kilómetros de ese inhóspito desierto helado denominado Siberia.
En este sentido “Hasta donde los pies me lleven” es una peli amena, emocionante y visualmente extraordinaria. Contiene, pues, diversos alicientes que la convierten en un producto atractivo ( contexto bélico, drama carcelario, paisajes de inconmensurable belleza, aliento homérico...) que apuntala y certifica su éxito de taquilla. A destacar también su inevitable referencia hacia otros títulos míticos como “Un traidor en el infierno”, “La gran evasión”, “El fugitivo” o “Dersu Uzala”. Si algo puede achacársele en detrimento suyo son las múltiples lagunas en el guión. Algunos saltos en la acción son demasiado bruscos y las reiteradas apariciones del oficial ruso que persigue porfiadamente a Forell resultan a veces casi casi esperpénticas.
Aún así, absolutamente recomendable para pasar un buen rato y relajar neuronas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Felices vacaciones a todos los que hayáis llegado hasta aquí.