Haz click aquí para copiar la URL
Polonia Polonia · Terrassa
Voto de Taylor:
7
Romance. Drama Hubbell Gardiner (Redford) y Katie Morowsy (Streisand) son dos estudiantes universitarios con caracteres muy diferentes. Hubbell es un atleta universitario famoso, un gran conquistador y un amante de la buena vida. Katie tiene una decidida vocación política y es consecuente con sus ideas. Ambos se enamoran y se casan, pero su vida conyugal tropieza con muchas dificultades. (FILMAFFINITY)
29 de mayo de 2008
94 de 105 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se fue. El cáncer acabó esta misma semana con uno de los directores más emblemáticos de Hollywood, Sydney Pollack.

‘Mr. Mainstream’, como a él mismo le gustaba definirse, siempre se caracterizó por hablar un lenguaje cinematográfico absolutamente claro y diáfano. Los espectadores y las numerosas estrellas a las que dirigió a lo largo de más de 40 años de trabajo así pueden testificarlo. Una de ellas, Robert Redford, fue uno de sus mejores amigos. Rodó siete películas a su lado y juntos fundaron el Festival de Sundance.

“Tal como éramos” no es mi película predilecta de Pollack ni de Redford, pero durante mucho tiempo fue mi peli de amor favorita. Justo hasta que el viejo Clint la desbancó con su extraordinaria “Los puentes de Madison”. Sin embargo, siempre guardaré un bonito recuerdo de “Tal como éramos”. Me importa un carajo que la tachen de edulcorada o comercial. En su momento me emocionó, y eso ya es mucho para mi.

La peli de Pollack nunca fue un romance convencional. El contraste físico e ideológico entre la pareja protagonista fue tan explosivo como eficaz y la química que se estableció entre Redford y Streisand traspasó la pantalla fulminantemente. Porque el amor es un complejísimo chispazo que siempre se produce en el momento más inesperado con la persona más imprevisible. Y como yo soy un sufridor y un romanticón empedernido me encanta ver como un hombre y una mujer luchan por salvar obstáculos, por vencer prejuicios o por enarbolar nuevas esperanzas. Y eso, al margen de su untuosidad sentimental, es lo que debe ofrecer una buena historia de amor.

El emotivo final de “Tal como éramos” (indisociablemente solapado a “Memory”, tema musical espléndidamente interpretado por la propia Barbra Streisand) me conmueve cada vez que lo veo pero jamás me convencerá. No me convencerá porque esa trillada moraleja que suele condenar a tantas parejas aparentemente opuestas es falsa. Entre dos personas enamoradas siempre debe prevalecer lo que une, no lo que separa. O debería. Aunque, claro, un triste final siempre resulta tremendamente eficaz en términos lacrimógenos. Y “Tal como éramos” no podía ser menos.
Taylor
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow