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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
4
Comedia Un traficante de marihuana se crea una familia ficticia con una stripper y dos jóvenes. Esto forma parte de su plan para pasar un gran cargamento de droga desde México a Estados Unidos. (FILMAFFINITY)
21 de septiembre de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Somos los Miller” tiene un arranque prometedor, en el que parece que va a proponer una película de verdad más allá de simples gags enlazados. La introducción está rodada con competencia y la forma es la que los protagonistas se van presentando y estableciendo las relaciones entre ellos tiene fuerza y, lo que es más importante en este caso, gracia. Una gracia diversificada entre el discutible Jason Sudeikis (al que no termino de coger el punto, tiene constantemente una mirada de esperar que la gente debiera reirse solo porque es él); una genial Jennifer Aniston que hace creíble cualquier papel que interprete por mucho que ponga a prueba sus dotes físicas o interpretativas; Emma Roberts haciendo de niña mona borde y Will Poulter de inocente bobalicón.

El prólogo finaliza con un cameo de Ed Helms que funciona bastante bien y marca el pistoletazo de salida para el comienzo real de la historia: los cuatro protagonistas van a tener que fingir ser una familia para convertirse en contrabandistas y traer droga desde México en lo que vendría a ser una road movie/comedy. Como ‘movie’ la cosa tiene poco interés, las situaciones son forzadas y retorcidas para preparar el siguiente gag y los personajes carecen de cualquier naturalidad, simplemente evolucionan para colocarse en sus marcas y soltar el chascarrillo. Y eso cuando no se viene arriba con escenas ‘de acción’ de vergüenza ajena. Sin embargo, como ‘comedy’, los Miller me interesan más: los sketches son buenos en su mayoría. Simples, pero efectivos. Apenas hay uno o dos que se siembren en una escena y estallen cuatro secuencias más allá, casi todos son cortoplacistas de aquí te pillo, aquí lo casco. Pero ya sea porque tengan buen fondo, porque fluyen con naturalidad o porque Aniston, Roberts y demás les impriman carisma, suelen dan en el clavo y alcanzar su objetivo: la risa o sonrisa del espectador.

Termina la película, haces balance y es complicado no pensar que todo ha sido una patochada. Pero una patochada inocente, sin malas intenciones y que transmite buenas vibraciones. Y, aunque habrá quienes lo nieguen, todos nos hemos reído más de una, más de dos y más de cuatro veces con ella. Hay formas mucho peores de tirar noventa minutos.
OsitoF
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