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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
3
Thriller. Acción Un joven cuya familia es secuestrada durante unas vacaciones en España, dispone solamente de unas horas para resolver el problema. Antes tendrá que desentrañar un oscuro secreto de su padre. Al mismo tiempo que intenta rescatar a los suyos descubrirá una conspiración del gobierno. (FILMAFFINITY)
19 de enero de 2014
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quitando la media hora final, “La fría luz del día” es un thriller normalito con el aliciente de que, al estar rodado en España, poder disfrutar detectando los mil y un gazapos de localización (como que doblando la esquina del Retiro esté la puerta del Sol, desde la que bajando una cuesta llegas a Serrano y desde allí coges el metro en la estación de Pitis, por poner sólo los dos más clamorosos de los cientos y cientos que hay en la apenas hora y media que dura la peli) así como viendo como la Juani o Camarón comparten plano con Bruce Willis y Sigourney Weaver.

Durante esa hora, sin mucha gloria pero tampoco sin mucha pena, un muchacho descubre que en realidad es el hijo de un superhéroe y tiene que salvar a su familia de las garras de unos secuestradores en medio de una trama relativamente llevadera (dentro de lo inverosímil del planteamiento) de seguir unas pistas que llevan a otras pistas que llevan a otras pistas. Bueno, en realidad Bruce Willis no hace de superhéroe sino de agente de la CIA de esos que te montan una bomba con un chicle y un mechero, pero da lo mismo… la trama tiene los suficientes giros como para no aburrir y lo suficientemente creíbles como para no descojonarnos. Demasiado, al menos.

El problema llega con una última media hora en la que Madrid se convierte en un Hebrón o una Gaza cualquiera invadida por comandos israelíes a la caza de terroristas, tiro va, tiro viene, una ciudad sin ley del tercer mundo que es, supongo, como nos deben ver en USA. Sigourney se pasea a tiro limpio por la Gran Vía, la Plaza de España matando a cualquier ciudadano que se le ponga por delante (sospechosamente todos morenos, sin afeitar y con aire chicano), sin que haya rastro de Policía Nacional, Municipal, Guardia Civil o, lo que ya es de traca, agentes de la ORA poniendo multas de aparcamiento. Toda una España muy de chirigota y pandereta, con la sensación de que en cualquier momento, va a aparecer por la Castellana una multitud con pañuelos rojos corriendo delante de unos toros.

La escasa presencia de Willis (lo único destacable, la verdad), no compensa tanto desastre. Si juntamos todo, deja un pésimo regusto.
OsitoF
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