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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
6
Acción. Drama Sam Childers es un exconvicto que, tras tocar fondo al matar a un hombre, se convierte en un devoto religioso que llega a colaborar en Ruanda, hasta el punto de construir allí con su dinero un refugio para niños. Su implicación personal es cada vez mayor, hasta el punto de llegar a defenderlo con las armas, sacrificar todo su patrimonio personal, desatender a su familia y perder a sus amigos al tiempo que combate como ... [+]
6 de octubre de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde fuera, todo invita a prejuzgar “El soldado de Dios” para catalogarla como una especie de Rambo misionero, una película de acción para lucimiento de Gerard ‘Leónidas’ Butler. Sin embargo, lo cierto es que se trata de una película biográfica de amplio espectro que abarca la vida de Sam Childers, desde que toca fondo tras una de sus muchas salidas de la cárcel hasta que rehace su vida tras encontrar a Jesús y volcarse en la ayuda a los niños en Uganda.

La película es descriptiva hasta la extenuación. No termina de centrarse ni en su faceta de padre y marido rehabilitado, ni misionero, ni pastor, ni en sus enfrentamientos con las guerrillas africanas, sino que lo aborda todo de manera secuencial, como una línea temporal que hubiera que rellenar en todos sus detalles como único medio de que el espectador entienda quién es Sam Childers. Desde luego, la película termina y todos terminamos con una visión perfectamente clara de la vida y milagros del hombre, pero también un poco saturados de tanta ida y venida Pennsylvania-Uganda-Pennsylvania. Se hubiesen agradecido algunas licencias narrativas para reordenar sus hitos vitales y agruparlos más por localización que por temporalidad.

En el plano técnico “El soldado de Dios” no envejece bien. Sus grafismos estaban desactualizados para 2011 y se hacen más y más obsoletos según pasa el tiempo. Tienen ese aire de telefilm, especialmente la parte africana y sus escenas de acción, que no son mucho más realistas que algunas secuencias de “El Equipo A”. No sorprendería que el formato elegido para su salida comercial hubiese sido el de una miniserie de dos episodios para Antena 3. Aún así, la película se deja ver porque su auténtico punto fuerte es lo que quiere contar más que el cómo lo cuenta y asistimos con buen pulso narrativo a la evolución de Childers desde que es un ex-convicto, hasta que cambia su suerte laboral tras poner en orden su fe y, desde entonces, mantiene una peculiar relación con Dios que se va transformando en una obsesión en la que entra y arrastra poco a poco a familia y amigos.

Interesante, de las que enseñan de manera amena cosas sobre la naturaleza humana y la historia de África que nadie cuenta.
OsitoF
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