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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
1
Aventuras. Acción Durante la II Cruzada (1147-1149), el Capitán Trueno encuentra en las mazmorras de una fortaleza de Palestina a un cristiano moribundo llamado Juan de Ribera, que le encomienda la misión de llevarse a España un cáliz sagrado que según él es el Santo Grial, que fue robado a una orden religiosa milenaria. Trueno, sus inseparables amigos Crispín y Goliat y una princesa vikinga llamada Sigrid de Thule tendrán que hacer frente a un malvado ... [+]
7 de abril de 2013
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Confieso que no me sonaba de nada el nombre de Asier Sáez-Cirión, hasta que leí una noticia en la que se describe como este científico español (porque es un cientifício y es español) que trabaja en Francia está dirigiendo un estudio que parece estar cerca de poder acabar con la plaga del SIDA. El caso es que la noticia incluye una entrevista en la que, al margen de tecnicismos bioquímicos sobre sus descubrimientos (como no podía ser de otro modo), el hombre describe como tuvo que irse de España para encontrar una institución que financiase sus estudios. «Este estudio no se podría haber hecho en España» concluye el investigador.

Y sin embargo sí tenemos dinero para despilfarrarlo en truños como este. Porque “El Capitán Trueno” es un truño tan truño que todos sus participantes (director, protagonistas, figurantes…) terminaron renegando de ella. Un truño tan truño que sólo los cientos de actores y directores y técnicos que rechazaron participar en ella sienten algo de alegría vergonzante al pensar en ella. Un truño tan truño que hasta da cosa meterse con él. Pocas veces me ha costado tanto escribir por qué una película es tan mala, hay tantos motivos que me siento desbordado, aburrido por tener que describir lo obvio para cualquiera que haya visto la película.

Nivel de truño: Satanás, el Maligno, está representado por una especie de planta carnívora que sale de un pozo. En una película decente, habría habido demandas por timo hacia el guionista; en una película mediocre se habría rodado con croma verde y efectos especiales; en esta “El Capitán Trueno” la planta carnívora está hecha ‘de verdad’, como una especie de calcetín gigante que avergonzaría a los niños del tren de la bruja en versión infantil. Pero no es lo peor. La historia da saltos geográficos en los que el Capitán está en Tierra Santa por la mañana y en Soria por la tarde como si hubiese cogido un vuelo de Air Europa… se puede ser cutres porque no haya pasta, pero la ignorancia sí es evitable con poco coste. Y otra cosa evitable y gratuita es el sentido del decoro: coño, no mezcles vikingos, chinos, moros, inmortales de 300, brujos y cristianos en un misma película si no quieres que se descojonen con razón de tí. Vale que todos son personajes de la franquicia, pero no salen todos en el mismo puto cómic a la vez…

No es el típico truño del que te descojonas, de verdad, da mucha penita ver qué han hecho con uno de los grandes héroes de cómic.

Realmente, pensado fríamente y en retrospectiva, los problemas se reducen a dos: dinero y estupidez. Y más concretamente a la falta de lo primero (que se traduce en un continuo quiero y no puedo) y al exceso de lo segundo (que se traduce en un ridículo espantoso en cada escena). Una producción inteligente habría sido consciente de sus limitaciones, hecho un estudio de las necesidades económicas y esperado hasta conseguir la financiación adecuada. O habría reducido el alcance de la película en duración o compensando argumentalmente la posible necesidad de efectos especiales. Pero no. Sea como sea, bien porque los productores son unos ineptos que no calcularon el coste de lo que querían hacer o bien porque eran unos listos que vieron que les caducaban las subvenciones, el caso es que “El Capitán Trueno” consta de dos horas y pico de vergüenza ajena extrema.

Quien haya visto el documental de “El Señor de los Anillos” sobre como fabricaban las ropas con materiales de época y las envejecían para que pareciesen medievales mejor que se tome un tranquilizante, porque el atrezzo también es para coronarse. Los protagonistas no se manchan sus disfraces por mucho polvo o sangre que digan estar tragando… y digo disfraces, porque son disfraces de fiesta de moros y cristiano, hechos claramente de nylon teñido fosforito y las armaduras son de cartón-plástico. Las localizaciones son algo mejores, se ha evitado el cartón piedra… rodando en paradores; sí, amigos, los castillos son de piedra auténtica, de inmaculada y restaurada piedra auténtica, y completamente vacíos por dentro (debe ser que antiguamente la gente vivía con cuatro paredes y un techo) como en cualquiera de los castillos restaurados y abandonados que inundan Castilla.

En el reparto hay de todo. Por lo general o se pasan de teatreros recitando sus frases con voz alta y engolada, como leyendo el pregón de inicio de las fiestas del pueblo, o se quedan cortos como los aficionados que son. Sergio Peris-Mencheta hace un papelón IMPRESIONANTE (en serio, es lo único que me ha impedido titular la crítica como “Capitán Truño”), de los mejores de su carrera, intentando sacar adelante este truño con inmerecida profesionalidad… pero su buen hacer pone aún más de manifiesto el amateurismo de algunos de sus compañeros de reparto (Natalia Yarovenko), el patetismo de otros (Crispín, Langa y Ariadna están para quitarles la licencia) y la frivolidad de poner al campeón de lanzamiento de peso Manolo Martínez como Goliat.

No me extiendo mucho más aunque podría (bastaría con tocar cualquier tema, como por ejemplo la lamentable coreografía de las peleas en las que la gente muere cuando le toca morir, no cuando recibe un espadazo o los tristes golpes de humor). “Capitan Trueno” es un truño lamentable en absolutamente todas sus facetas, únicamente mejorable si alguien hubiese tenido el sentido común de no rodarla.
OsitoF
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