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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
4
Romance. Comedia Cuando su imponente novia le abandona por un vecino, mucho más viril que él, Alex, un joven algo blandengue, decide emprender un proceso de autoeducación para convertirse en un hombre completo y encontrar el amor verdadero. (FILMAFFINITY)
29 de noviembre de 2022
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Suena a obviedad, porque lo es, pero cada país tiene su propio sentido del humor. Es algo que no se aprende únicamente viajando, porque en excursiones vacacionales sólo se ve lo que el país quiere ofrecer al turismo, sino que requiere tener la oportunidad de profundizar en su cultura y su estilo de vida. En mi caso, me considero un privilegiado porque hubo una etapa de mi vida en la que el trabajo me permitió viajar y trabar contactos con gente de muchos países, descubriendo que los fundamentos del humor son radicalmente distintos entre países vecinos como Perú y Ecuador o entre Argentina y Uruguay. Es verdad que se pueden hallar trazas y esencias comunes, pero no esperes que los chistes que te funcionan para romper el hielo en un sitio, te funcionen en todos.

Como el humor español tira, en los últimos tiempos, de los juegos de palabras y la ironía, ni me molestaba en hacerme el gracioso en Irlanda: mi nivel de inglés no me permitía reproducir mis pensamientos y, de todos modos, allí la gracia está en poner caras grotescas para remarcar el gag. En Alemania era incluso más complicado, porque me daba la sensación de que la única vez que esa gente se reía era cuando encontraban un defecto en alguien y lo aireban a los cuatro vientos entre grandes risotadas: «Jo, jo, jo… eh, mirad todos, Hans lleva la bragueta bajada, jo, jo, jo…». No me entendais mal, no creo que lo hicieran a mala fe o para humillar a Hans, que se reía tanto o más, sino como una forma de hermanamiento en plan «nos hemos reído de tí, ya no ocultas nada y eres parte de la familia».

Únicamente tomando en consideración esos matices idiosincrásicos y ponderando esta “Todo un hombre” en base a ellos es posible entender que la película esté considerada una comedia, una extraña producción que parece una versión simplificada del cine de adolescentes que hacíamos en España hace veintipico años. Vista con ojos españoles, “Todo un hombre” parece una peli de gente sufriendo mal de amores y enredándose en líos de corte romántico de una forma que no logramos entender, como cuando vemos cine húngaro de otra época y sus dejes y costumbres se nos hacen raros. Su único aliciente es ver a una de las actrices con cierta relevancia en las primeras temporadas de Juego de Tronos en un papel puramente secundario e intrascendente. Pero en las coordenadas mentales germanas, hay que considerar todas las desgracias que le suceden al pobre Álex como elementos de empatía para hacer nuestros sus problemas y vivir los líos de los que siempre sale mal parado poniendo buena cara al mal tiempo y tomándonos la mala suerte a cachondeo. Es complicado, pero tiene sentido si aplicamos cierta lógica retorcida.

No tomemos esto como una recomendación, simplemente como una advertencia: “Todo un hombre” no es el pufo que podemos pensar tras verla a calzón quitado, del mismo modo que es virtualmente imposible que sea lo suficientemente graciosa (se mire como se mire) como para merecer la pena para espectadores que vivan a más de 500 Km de la frontera occidental de Alemana. Sencillamente es una película de índole localista, incomprensible para otras culturas, que aún no entiendo cómo narices acabó en mis manos.
OsitoF
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