Irregular y compleja historia, quizás cómo lo es también la situación político social dónde se desarrolla : Sudafrica post- apartheid.

Resulta curioso que la lectura y la visión de esta película haya suscitado en mi interior idénticas sensaciones: cierta frialdad ante la dramática historia relatada, un sabor a desaliento, derrota y desesperanza, un pesimismo sobre el sentido de la existencia y la espina de no ser capaz de penetrar en todo lo que el magnífico escritor Coetzee quiere transmitir. Es por ello que creo que el director Steve Jacobs ha sabido captar y plasmar la esencia y el ritmo de la novela.

No hay duda que hay valores totalmente palpables: la desprotección de la mujer, el injustificado impulso machista, la redención a través del sufrimiento, la violencia justificada, el fatalismo aceptado, el racismo cómo expiación de lo sufrido y que la recreación que hace Malkovich del personaje consigue acercarnos a la esencia de la novela siempre desde cierta frialdad alejándonos de sentimentalismos, pero para mí quedan muchas incógnitas: la culpa en la primera historia, la necesaria aceptación del dolor y el sufrimiento, el perturbador y ambiguo personaje de Petrus, el valor del arraigo…

Con todo la película resulta contundente, real y todo un reto adentrarse en su complejidad.