Me gustó mucho Super Size Me (la primera) porque iba bastante al grano, porque era muy crítica y porque aunque estaba disfrazada de documental, ya se sabía hacia el punto exacto que iba. En el caso de esta "secuela", esos elementos están un tanto difusos y por momentos cuesta saber exactamente cuál es el punto más importante que desea mostrar Spurlock. Por supuesto, hay mucho para criticar en la industria de la comida, pero a veces se pierde el ritmo crítico con momentos hilarantes que no aportan mucho o con entrevistas que parecen forzadas. De cualquier manera lo recomiendo porque es un pantallazo bastante decente sobre la industria de la comida chatarra en USA.