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España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
3
Thriller. Cine negro. Intriga Una joven espera impaciente el regreso de su novio que ha ido unas semanas a Vietnam por negocios. Mientras alquila una habitación a un tipo que a las pocas horas aparece asesinado en la calle. Durante días irán apareciendo cadáveres por donde ella pasa. (FILMAFFINITY)
4 de junio de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Juan Bosch fue un tipo curioso, de esos estajanovistas que rodaban cualquier cosa con cuatro chavos y en una semana. Se aprecian bloques en su filmografía: un primero de policiaco barcelonés, pero luego las inquietudes ceden paso a una trilogía playera, con la primera aparición del bikini en el cine español: Elke Sommer, en Bahía de Palma. A continuación, una serie de comedias zafias, con el popular Cassen. Luego le llega al turno al paella western, una breve trilogía de gialli, y al final, ya a tumba abierta, un montón de comedias que aprovechan la permisividad para entregarse al destape, todas ellas execrables. La muerte llama a las 10 pertenece al período giallo, adolece de un guión terrible y está filmada con el, ejem, trasero. Es de suponer que existe una versión para Europa en la que las señoritas muestran más sus encantos (a destacar que Gillian Hills enseña los pechos brevemente al salir de la ducha), pero creo que ni eso la redime de sus múltiples deficiencias, ya no sólo el guión, sino la petarda música de un tal Marcello Giombini y la chillona fotografía de, ay, Julio Pérez de Rosas. Los intérpretes, en fin, hacen lo que pueden, que es poco. Gillian Hills, una especie de Brigitte Bardot de segunda, paseó sus labios salaces y su hermosa silueta por títulos como Blow-up, La naranja mecánica o Demonios de la mente, hasta que abandonó el cine poco después del bodrio que nos ocupa, en 1975. Una lástima.
Eduardo
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