Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
7
Intriga. Thriller. Cine negro Franck Poupart es un neurótico vendedor de poca monta, que vive en un siniestro suburbio de París. Su vida cambia cuando conoce a Mona, una adolescente cuya tía la ha obligado a prostituirse. A partir de ese momento, Franck se propone cambiar de vida, sobre todo para rescatar a Mona de la odiosa tutela de su tía. Pero parece que el asesinato es la única vía para conseguir tal objetivo. (FILMAFFINITY)
4 de septiembre de 2019
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me atrevería a decir que no me ha gustado la película, no sea que los psicópatas enganchados a ella pongan precio a mi cabeza. Pero vamos por partes. Serie negra se basa en una novela de Jim Thompson (otro que tal), gran plasmador de anormales de todo tipo, nada de extrañar con la infancia que padeció. Es una de esas películas que te dejan hecho escombros, babeante, necesitado de un subidón. No hay personaje positivo en toda la cinta, sólo basura humana en sus peores encarnaciones. Ni siquiera la dulce víctima es lo que parece... Un pringado de mucho cuidado, siempre caminando a dos centímetros del brote psicótico, vendedor a domicilio, se encapricha de una adolescente utilizada por la tía de la muchacha, y la relación dará lugar a una espiral de sangre, semen y sufrimientos. Las casas están sucias, los despachos están sucios, las calles están sucias, todo es suciamente depresivo. No existen los sentimientos, sólo la inmediatez del deseo, la codicia, la estulticia, el triste deambular de unos perros perdidos sin collar. Pero lo que realmente se te mete hasta lo más hondo de tu ser es la interpretación de Patrick Dewaere, suicida a los 34 años, aquejado de graves anomalías psíquicas, se retira del escenario de la vida tras haber triunfado en el cine, en el teatro y en la televisión, haber compuesto canciones para Françoise Hardy, escrito la banda sonora de un film... La interpretación de Dewaere es tan sentida, tan brutalmente íntima, que acaba de sacarte de quicio, toda su gestualidad, toda su exagerada expresividad denotan un dolor interno que nadie, jamás, podrá cambiar, salvo la llegada de la Parca. Hay momentos que provocan tanta angustia como ganas de borrar con un golpe de botón tanta necedad. Bernard Blier, sublime en su papel de avaro jefe de Dewaere, y mención especial para una tierna Marie Trintignant de 17 añitos, con matrícula de honor para su felpudo precioso, un perfecto triángulo negrísimo, poblado, presumiblemente ensortijado y suave como terciopelo. Lástima que la chica tampoco supiera gestionar su vida amorosa.
Un golpe en el bajo vientre que alarmará a más de uno. Y aun así hay que verla...
Eduardo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow