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España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
7
Drama. Thriller. Cine negro Inquietante historia criminal sobre cuatro malhechores que deciden robar un coche correo que transporta una gran suma de dinero. (FILMAFFINITY)
15 de julio de 2017
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tres pringados, en el momento más pringado de sus vidas, coinciden con un hijo de papá necesitado de dinero que les anima a cometer un atraco. Mientras llega la hora de la verdad, diversos flashbacks nos ayudan a conocer mejor a los personajes.
Lewis Gilbert fue un probo artesano con momentos de autoría. Dirigió tres títulos de la saga Bond, la mítica Alfie, ¡Hundid el Bismarck!, Motín en el Defiant y otros títulos que dieron en la diana comercial, hasta que, como tantos otros, se hundió en abismos de mediocridad inmerecidos. Gilbert se había bregado en ese cine británico de los años 50 que oculta más perlas de las que supone el espectador normal. Los buenos mueren jóvenes es una excelente muestra de ello. En la mejor tradición del noir inglés, con una fotografía preciosa de Jack Asher en B&N, una adecuada banda sonora jazzy del gran Georges Auric, y un reparto cuajado de estrellas, tanto estadounidenses como del reino Unido, nos habla de la miseria moral que conduce a la desesperación, de las elecciones erróneas que desvían del camino correcto y, en definitiva, de la condición humana: un sargento del ejército a quien su mujer engaña con asiduidad (Gloria Grahame, qué delicia de señora); un veterano que intenta rescatar a su esposa (Joan Collins cuando era pequeñita) de las garras de su posesiva madre; un boxeador al que han amputado una mano; y el niño rico que dilapida su fortuna, la de su esposa (Margaret Leighton, futura señora de Harvey), e incluso trata de hacer lo propio, sin éxito, con la de su padre. Éste es el material humana que se confabula para una misión imposible, cuyo desenlace constituye una de las escenas más brillantes del cine negro británico. He hablado de las señoras por aquello de las debilidades que le aquejan a uno, pero el elenco masculino está en su punto adecuado, con tal vez la mejor interpretación de la carrera de Laurence Harvey, cuyo personaje prefigura el que bordará en Un lugar en la cumbre, la cinta que le convirtió en una estrella de alcance mundial. Os animo a buscar esta pequeña joya, no ha mucho publicada en DVD.
Eduardo
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