R.G. Springsteen fue un oscuro realizador especializado en rodar westerns baratos protagonizados por estrellas en decadencia. El desesperado, imagino que se refiere al espectador, es un film de escasa prestancia y nulo atractivo, siendo su brevedad la mayor virtud que se le puede encontrar. Los actores dan grima, aparte de Lovejoy en el insípido papel del forajido Cole Younger, última aparición del actor en pantalla grande. James Best está de bofetada, Jan Merlin (parece que no obtuvo la menor ayuda del susodicho mago) es un desastre, y la muñeca de turno, una tal Abby Dalton, estupenda señora pero de escasas dotes interpretativas, da ganas de llorar.
Pero lo peor es el guión, pavorosamente mal escrito por el muy notable Daniel Mainwaring, gran autor de novela negra con el seudónimo de Geoffrey Homes (recordad su obra maestra Retorno al pasado). Puro trabajo alimenticio, pasa por encima con sorprendente caradura. La escena del juicio es de vergüenza ajena, tal vez redactada en estado de ebriedad o algo peor.
Debo rectificar al compañero Poncho, que en su crítica confunde a Frank Lovejoy con James Best, el actor que le pone realmente de los nervios. Lovejoy es, como ya he dicho, Cole Younger. De nada.