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España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
7
Terror Hans llega a un pueblo cerca de Amsterdam para escribir una historia sobre el solitario escultor, Profesor Val, que vive en un viejo molino que llama "el molino de las mujeres de piedra" donde hay una atracción, un antiguo carrusel con terroríficas esculturas de mujeres. Hans conoce a la seductora y atractiva hija del profesor a la que nadie en el pueblo parece haber visto nunca y a la que rodea algo misterioso. (FILMAFFINITY)
25 de septiembre de 2016
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estoy empezando a creer que una impía deidad protege a los amantes del género que nos ocupa, porque este año van cayendo uno tras otro grandes clásicos del cine de terror italiano cosecha años 60. Esta vez le ha tocado el turno, en DVD, a El molino de las mujeres de piedra, de Giorgio Ferroni, que gozaba de un gran prestigio.
No nos ha decepcionado. Ferroni, que empezó su carrera en 1936, estuvo desaparecido después de la Segunda Guerra Mundial, y apenas rodó cuatro o cinco documentales durante la década de los 50. De repente, va y se descuelga con El molino... A partir de ese momento no dejó de rodar, y como tantos otros tocó todos los palos: spaghetti, péplum, bélico, espionaje... Sólo volvió al género en 1972 con La noche de los diablos, tirando a irregular.
El molino de las mujeres de piedra bebe de dos fuentes evidentes: Los crímenes del museo de cera y Ojos sin rostro. De la primera toma el tiovivo de mujeres que da vueltas al ritmo del molino, y de la segunda el tema de la hija enferma a la que hay que revivir de manera constante. No se trata de un spoiler, ambas circunstancias aparecen pronto en la cinta. El argumento es de manual: un joven escritor llega a un pueblo de Holanda para redactar la biografía de un famoso escultor, el de las "mujeres de piedra". Conocerá a la hija de éste, de la cual se enamorará. Pero nada es lo que parece... Ambientada en un paisaje fantasmagórico, que nunca revela del todo en que ápoca nos encontramos (aunque nos decantamos por finales del XIX), la película va cobrando vigor y volumen a medida que avanza, aunque todos sepamos hacia dónde nos conduce. La muy correcta interpretación de Pierre Brice (uno de Los atracadores de Rovira Beleta), y la belleza sensual de Scilla Gabel contribuyen a dar verosimilitud a esta historia gótica, impregnada de ese tono funerario tan caro al ciclo de terror italiano que nos ocupa. Aunque la inspiración de la trama es evidente, el engarzamiento de ambas temáticas está bien tramado y no huele a refrito en ningún momento. El para mí desconocido Pier Ludovico Pavoni compone una fotografía de tonos brumosos en los escasos exteriores y paleta intensa en los interiores del molino (cuya maqueta conviene perdonar, como hicimos con la otra gran película en la que un molino constituía un elemento esencial, Enviado especial). Carlo Innocenzi, un fértil compositor (134 títulos) abonado al péplum, hizo un alto en el camino, y entre Ursus y Hércules escribió una banda sonora muy apreciable apara esta película. En suma, toda una serie de elementos se complementan y conspiran para convertir El molino de las mujeres de piedra en un clásico imperecedero. No una obra maestra, pero sí un clásico. Muy recomendable para fans y no fans del género.
Eduardo
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