Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
5
Drama Años 30, Gran Depresión. Después de cumplir condena, tres presos salen de una cárcel de West Virginia. Durante su cautiverio han ahorrado suficiente dinero para montar una tienda que les permita disfrutar honradamente de su libertad. (FILMAFFINITY)
26 de mayo de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mucha gente daba por descontado que Andrew McLaglen sería el sucesor natural de John Ford. Hijo de Victor McLaglen, actor habitual y compañero de borracheras del mítico realizador, parece que trabajó como ayudante de dirección en El hombre tranquilo, si bien IMDB no lo recoge. Empezó a dirigir en 1956, y las esperanzas no tardaron en diluirse. Andrew era un esforzado artesano, pero carente de toda inspiración y/o mundo propio. En el mejor de los casos, facturaba cintas correctas y entretenidas, con la complicidad de actores que habían servido a las órdenes del legendario tuerto. En el peor, era plano como una tabla.
James Stewart trabajó en numerosas ocasiones con él. Así sucede en Cerco de fuego, desmayado thriller con, ay, toques de comedia, que se arrastra a lo largo de casi 100 minutos con escasos momentos de alegría. Mattie Appleyard sale de la cárcel después de 40 años de reclusión, con la intención de fundar un negocio legal con los 25.000 dólares ganados en la prisión con su trabajo. Pero siempre hay un hijo de perra que se entromete con otros planes... La obrita se puede ver por el buen hacer de Stewart, Kennedy y la otoñal Anne Baxter, más un grupo de secundarios bregados en el western y otros menesteres. Descubriréis a un mofletudo Kurt Russell una década antes de amancebarse con la vivaracha Goldie Hawn. Tampoco es que prometiera gran cosa... En cualquier caso, para amantes de ese cine que nunca volverá.
Eduardo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow