Hay películas que uno ansía ver durante años, décadas incluso. Por fin, caen en tus garras y la decepción es mayúscula. Eso me pasa por no haber repasado la mítica Enciclopedia Aurum, que decía de esta cinta lo que conviene decir. La cosa empieza bien: una jovencita con la mitad de los pechos al aire y boca de, ejem, huye en una noche americana de algo o alguien. Cuando cree estar a salvo, el alguien se la cepilla, en todos los sentidos. En esto que al poco vuelve el heredero de la mansión acompañado de su nueva esposa (Heather Sears, vivaracha morenita que ofició de objeto amoroso en El fantasma de la ópera, versión Fisher), y empiezan a ocurrir toda clase de sucesos extraños, como ver al señor de la casa en dos sitios a la vez. Rápidamente percibimos que de terror sobrenatural nada de nada, y que el asunto se decantará por un desenlace mucho más manido y, por desgracia, previsible. Más cerca de Bava que de la Hammer en su planteamiento estético, contiene alguna escena afortunada, como la persecución nocturna a caballo y la aparición del paralítico colgado de una lámpara. Los actores son correctos, muchos de ellos conocidos veteranos del cine británico, y Hartford-Davis se esfuerza por inyectar vitalidad al infausto guión. Pulcra edición en blu-ray de esta poco conocida obra. Para fanáticos del género.