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España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
2
Ciencia ficción. Terror. Thriller Un joven científico americano, Stephen Reinhart, llega a una vieja casona de Inglaterra para conocer a los padres de su prometida Susan. El desolado estado en el que se encuentra la propiedad no desmerece en absoluto con el de sus moradores; mientras el padre, Nahum Witley, es un viejo amargado que vaga de aquí para allá en su silla de ruedas, su esposa Letitia permanece postrada en cama oculta tras un grueso velo negro. Stephen no ... [+]
5 de octubre de 2014
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La temible pareja formada por James N. Nicholson y Samuel Z. Arkoff dio a luz un engendro llamado American International Pictures (AIP), que durante tres décadas distribuyó basura a manos llenas entre los aficionados al cine de terror y al fantástico en general. En la sombra acechaba Roger Corman, que con dicha compañía dirigió y produjo montones de película de consumo veloz y buenos dividendos. Como hasta en la basura se encuentran perlas, la AIP también se encargó del ciclo Corman-Poe-Price, dio la alternativa a Michael Reeves, Martin Scorsese, John Milius, James Ivory y otros, pescó en el mercado italiano y financió a Mario Bava varios títulos. Una de cal y muchas de arena. La que nos ocupa es particularmente horrenda. No sólo es un insulto al aficionado por su fealdad, estulticia, endeblez de guión, fotografía chillona y música atroz; Es un insulto para los amantes de Karloff, postrado en su silla de ruedas (hay que ganarse las lentejas como sea posible), y sobre todo un insulto a los amantes de Lovecraft, pobre hombre, que nunca ha tenido suerte en el cine. Jerry Sohl, mediocre autor de sf que trabajó a destajo para la televisión, como "negro" de Charles Beaumont en Twilight Zone entre otras, se inspiró (?) en el magistral relato de HPL "El color que cayó del cielo". En el trasvase se pierde toda la magia de la narración, toda la ponzoñosa inquietud que transpiran las palabras, y ni siquiera su autor la habría reconocido. Los actores, por su parte, ponen todo su empeño en hundir el film. Nick Adams, un chico que nunca tuvo suerte, pese a estar nominado a un Oscar, deambula con su gabardina sin saber muy bien qué hacer. Freda Jackson se pasa la película tapada, y la sosa Suzan Farmer no anda muy espabilada. En fin, allá cada cual.
Eduardo
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