Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de Charles:
7
Drama Star (Sasha Lane), una chica adolescente, deja a su disfuncional familia para unirse a un equipo de venta de suscripciones de revistas, que recorre, vendiendo puerta a puerta, el mediooeste estadounidense. Rápidamente se siente a gusto en ese grupo de jóvenes, al que también pertenece Jake (Shia LeBeouf), y adopta su estilo de vida, entre veladas bañadas en alcohol, pequeños delitos e historias de amor…
15 de noviembre de 2016
43 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si la bandera norteamericana fueran personas, las importantes serían las estrellas que representan Estados. Unidos, bien representados, poderosamente asentados, la cara visible de un país inabarcable.
¿Pero qué pasaría con las rayas rojiblancas? El resto de la población, de clase media, calentándose al amparo de un país que les prometía libertad no importa cual fuera su procedencia.
Y si pudiéramos acercar la lupa a la línea entre rayas, muy cerca, a un leve puntito negro... esa sería Star.

'American Honey' cuenta, o más bien quiere ser un tributo, a personas como ella.
Vidas anónimas que sobreviven en los márgenes, descastados náufragos de islotes de carretera formados por restaurantes de comida rápida.
Star sobrevive con lo justo, agarrándose a una familia que nunca será y a un hogar que hace mucho que dejó de parecerse a las fotos felices de las paredes.
Pero Star tiene algo que los demás nunca tendrán: la más pura y dulce inocencia.

La misma que la hace creer que un príncipe azul viene a su rescate, aunque sólo sea un tipo bailando en la caja de un Walmart cualquiera. Pero, cuando de fondo está Rihanna cantando que "encontramos el amor en un lugar sin esperanza", el hechizo surte su efecto y hasta nosotros caeremos víctimas de él, tan inesperada es la poesía de la marginalidad.
La cámara de Andrea Arnold, cercana, detallista, no para de documentar su viaje, en el punto justo de intimidad para que nosotros también lo experimentemos con ella. Y una oportunidad para trabajar a lo largo del país con una banda de inofensivos estafadores parece una excusa tan buena como cualquier otra para dejar las cadenas atrás.

Las canciones puntean ese viaje. Canciones de drogas y pornografía, pero que lejos de ahuyentar, parecen herramientas para acercarse a este microcosmos de jóvenes en perpetua fuga, transmitiendo su verdad de la manera más sencilla.
Podríamos pensar que su situación es desesperada, pero al contrario, son guapos, razonablemente educados y solo quieren pasarlo bien. No le cuesta mucho a Star aceptarles cuando una canción cantada a coro lo hace más fácil.
Pero algo sigue molestándola, la sensación de que no importa lo que ganen vendiendo revistas que no existen, nunca serán esos que viven en mansiones lujosas. Star nunca será esa chica consentida que baila provocativamente, ajena a su madre religiosa. Será entonces cuando decida que, si no puede tener una vida suya, tendrá una que merezca la pena, vivida intensamente hasta que todo el mundo le diga que se pare. Solo que ella no parará.

La naciente relación entre ella y Jake será el inicio de esa filosofía de vida: quien necesita al príncipe cuando puede follar con el mendigo, y ese momento vale más que todo el dinero recaudado en un día.
Sin embargo, la dolorosa madurez vendrá con la no menos dolorosa revelación de que la vida de esa generación perdida no es tan idílica como parecía. No son Bonnie and Clyde, no fueron los héroes de una propia historia por escribir. Solo están quemando la lenta morfina de su existencia, viviendo al día, dejando el pasado atrás.
La inocencia de Star no se merece un dardo tan envenenado.

Ella, que es uno de los pocos rastros de belleza entre la basura.
Ella, que es pura dulzura americana: esa que pasa desapercibida, entre moteles de mala muerte, carreteras secundarias y áreas de servicio.

Su búsqueda de un sueño la lleva a la conclusión de que esos no existen para ella.
Y lo más parecido que tiene a eso, sería el aquelarre final de sus amigos, cantando algo que parece lo siguiente:
"Somos las voces de una juventud sin oyente, que por vivir sin reglas es más valiente. Entra en nuestro círculo y vive para siempre, abandónalo y perece lentamente."

Pobre dulzura americana.
La única que existe, para ser ignorada.
Charles
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow