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España España · Madrid
Voto de Charles:
7
Comedia. Romance En el instituto, la inteligente Sierra se junta con la estudiante más popular para seducir al chico que le gusta en esta versión moderna de la historia de 'Cyrano de Bergerac'. Todo comienza cuando un mensaje enviado por error inicia un romance virtual entre Sierra, una joven lista pero nada popular, y un chico atractivo que cree estar hablando con una guapa animadora. (FILMAFFINITY)
11 de septiembre de 2018
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Juro que no me podía esperar.
El tópico de la amiga "fea" que ha sido retorcido hasta el infinito, el guapito de buen corazón y la pija divina con problemas de autoestima estaban preparados; lugares comunes que, invocados otra vez, me pedían cancelar la película y mandarla al cajón de adolescentadas para las que se me ha pasado el arroz.
Entonces sucedió, de repente, que vi cómo me contaban un cuento diferente.

'Sierra Burgess es una Perdedora' necesita pasar tiempo en las preocupaciones de instituto: el chico que hace ojitos, las burlas frente a las taquillas, un mejor amigo resabidillo contando sus graciosas penurias...
Lo necesita para, en determinado momento, dejar su piel atrás y aprovechar todo lo que ha plantado como pocas veces se hace.
Porque sería injusto hablar con frescura del género, sin antes haber abrazado sus más tontas diversiones e imperfecciones.

No deja de ser, en el fondo, una adecuada metáfora de lo que le sucede a Sierra, porque es solo cuando Jamey lleva un tiempo hablando con ella por móvil que se atreve a romper esas reglas autoimpuestas sobre su aspecto.
Porque parece que no hay otra manera de destacar; solo la tía buena invita a pedirle el móvil, solo tener amigos populares evitando a los perdedores es la imagen del triunfo social.
Los michelines, la ligera joroba y la plana sinceridad de Sierra no valen si no te prometen que al otro lado del chat está esa tía buena.

Y al principio no me importaban los diálogos, me aburrían las frases de ligoteo, pero, pasado el suficiente tiempo, Jamey y Sierra empiezan a hablar de cosas importantes: inseguridad, miedo de no encajar, esperanzas que nunca se parecían encontrar.
Lo mismo sucede con Veronica, esa reina de la belleza a la que sirve de particular Cyrano de Bergerac, no sin antes haber comprobado que detrás de una bonita fachada se oculta un hogar ausente.
Tras los tópicos, como siempre pasa, había seres humanos, a los que la capa extra de ironía en otros productos similares no deja acercarse.

Entonces me doy cuenta del secreto guardado por esos cameos-homenajes que son los padres de Sierra: acepta tus imperfecciones.
Un adolescente no empieza a crecer hasta que no deja de ocultar sus costuras, físicas o de carácter, por muy horrendas que puedan parecer (spoiler: al final, nunca lo son).
Y ser una perdedora deja de tener sentido al darte cuenta de que todo el mundo lo es, a su bonita y peculiar manera.
Charles
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