Por fin, se demuestra que la "cámara encontrada" no está agotada.
Solo hacía falta desligarse de brujas, exorcismos y demás terrores, para volver a centrarse en la propia realidad.

Matt Johnson y equipo consiguen algo muy especial aquí: empiezan con un discurso inspirador de Kennedy... y saltan directamente a dos curritos de la CIA buscando a un topo dentro de la NASA.
El salto temporal es evidente, y a la vez no lo es, porque la ambientación es la principal virtud de este documental, extraída directamente de la década de los 60. Trajes, maquinaria y paseantes de época forman parte de esta ficción, y la hacen realidad.

Y por eso es verdaderamente irónico que los dos agentes del departamento de audiovisual acaben descubriendo que la NASA no tiene los medios para ir a la Luna, y ellos dos sean los que tomen la iniciativa para que el público se crea que realmente van a pisar la superficie lunar. Tú crees que te están contando algo inventado, pero lo mismo se podría decir de este documental, "es algo que no pasó", y sin embargo ya te han demostrado que el público cree lo que le permites creer.
"Solo será otra mentira piadosa de la Historia" menciona Johnson, y en esa simple frase hay todo un vacío moral de si se debe lograr la inspiración de toda una sociedad que creció conquistando el espacio, o por el contrario se puede construir si se carece los suficientes escrúpulos.

Aunque la mejor carta del documental llega en el final: se ha llegado tan lejos con la mentira, que todo poderoso estará dispuesto a sepultar la verdad.
Puede que incluso la disfrace con inofensivos documentales de curritos como este. Espeluznante, si se piensa bien.