La actualidad hollywoodiense al servicio de una imagen tradicionalmente encriptada. The Message es un despliegue de tecnología en código local que embaucará a más de uno que no espere tanto de una producción china.

Todo comienza con una renovada función de los créditos que no sólo enmarcan la obra sino que la presentan y la narran en parte. Lo confuso de la trama requiere de mucho tiempo y poca interacción por parte del espectador. En realidad todo quedará explicado en unos cortos minutos que arrojan toda la información que no se nos ha ofrecido con la gracia suficiente como para descubrirla con esmero.
La ficción se mueve con un tono histórico y se envuelve en un relato verosímil. Durante la década de los 40 se teme por un asesinato dentro del gobierno japonés. Se procede a un interrogatorio y se busca al topo que está mandando o escondiendo mensajes para la ejecución.

De una fotografía espectacular, la luz y la diversidad de planos generan una atmósfera de miedo e intriga, aunque el verdadero suspense queda siempre algo velado. La pregunta se repite y uno busca sin premio al personaje que envía el mensaje, incluso sin conocer qué mensaje o qué contenido hay en él. Es un macguffin con demasiado peso y todo gira en torno a la misma sección. Los personajes masculinos representan la típica fiereza, la disciplina y el sacrificio. También el aspecto asiático ayuda en la interpretación de un carácter de honor, al menos para un europeo. Sin embargo son las actrices las que encarnan situaciones más interesantes, removiendo otros modelos culturales y reinstalando un estilo muy novedoso en el cine chino. Su credibilidad aporta gran parte del entusiasmo por esta película.

Como conjunto, puedo resumir la cinta en una experiencia visual de gran capacidad sensorial. Con escenas de tortura y conversaciones extra-solemnes, todo es oscuro y determinante. Pero el suspense, como ya dije, no funciona como se pretende y hemos de esperar a la explicación final. Los códigos y las iluminaciones son aptas para cualquiera, pero es necesaria la lengua original para que la técnica utilizada se desarrolle con gracia.

Esta película, sin duda, manda un mensaje a las productoras internacionales, y es que todos pueden confeccionar películas de gran calidad, y personalmente leo otro mensaje más subjetivo: ya que la técnica está al alcance del dinero y menos de la maña, el guión vuelve a estar en el centro (o debería) de toda filmación cinematográfica.

Buena película que entretiene, aunque no se convierta en clásico.