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Cuba Cuba · Barcelona
Voto de Luisito:
10
Drama Ariadna (Laia Costa) descubre que su abuelo busca desde hace tiempo los restos de su padre, desaparecido en la Guerra Civil. Decidida a ayudarlo, viaja a Burgos, donde están exhumando una fosa común en la que podría estar enterrado. Durante su estancia allí, conocerá la historia de Antoni Benaiges (Enric Auquer), un joven maestro de Tarragona que antes de la guerra fue profesor de su abuelo. Mediante un innovador método pedagógico ... [+]
20 de abril de 2024
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El personaje de la nieta es un desastre. Quiero empezar tecleando sobre esa losa, que entiendo que para según quien puede perjudicar de forma grave a la película, pero nunca a la historia que verdaderamente nos interesa.

El pasado, ese profesor enamorado de su trabajo que va a caer en un pueblucho de la España profunda, es con lo que nos quedamos, y no me da la gana que el presente desde el que se mira para atrás (en la película y, tal vez, en la actualidad) impida la máxima nota que se le puede dar a una película.

Cuando las ideas y el corazón caminan juntos, lo mismo para ese inolvidable profesor hace tantos años como para el presente en el que nos encontramos, la realidad y el futuro no pueden ser mejores. Me explico: la voluntad de ese profesor es mejorar el presente y el futuro, arreglarlo todo si puede, es un idealista y un romántico, un loco también, un temerario teniendo en cuenta quiénes lo rodean, cree en la posibilidad de una sociedad mejor si educa a los niños sin golpes, de forma laica, sin crucifijos ni mala leche, con una imprenta y con libertad, eso es, con libertad y con sonrisas. Se enfrenta a quien haga falta, cree en su sistema y es imposible que no caiga bien. Y se hace inolvidable. Que nadie lo olvide.

Le doy vueltas al enorme error de presentar a un personaje tan erróneo como el de la nieta, algo imperdonable. Y no me da la gana que por algo así el profesor quede relegado. Antoni está por encima de ese error. Mi diez es un homenaje a tanta gente que queda en las fosas, un homenaje a quienes todavía hoy luchan por desenterrar los restos de los desaparecidos, un homenaje a las lágrimas y al dolor, porque ver a Antoni cómo se lleva a esos niños de excursión y se ponen a bailar, los abrazos que recibe y mis lágrimas, también mis lágrimas... He llorado por ellos, por tantos caminos truncados por los de siempre, los malos.

Y pese a ello, no se hace una fotografía como en otras películas de los malos, ellos mismos quedan retratados, el cura, el alcalde y los fachas, no hace falta señalarlos tan poco y tan bien, de forma suficiente.

Lo importante es la voluntad de Antoni, querer llevarlos al mar aquel verano, que por una vez lo vieran con sus ojos, no era un juego, no era sólo imaginar, Antoni los quería llevar a ver el mar. Y eso, eso es tan precioso, es tan emotivo, que lo que aquel verano truncó no impide que recordemos la belleza de sus intenciones.

Un diez inapelable. Y que los fachas revienten...
Luisito
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