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Cuba Cuba · Barcelona
Voto de Luisito:
8
Drama. Romance Checoslovaquia, 1961. La historia sigue a un grupo de estudiantes de cine, entre ellos un joven albanés, que no olvidando sus raíces, se maravilla con el encanto del país checo y su forma de vida. Además, se enamorará de una mujer madura, esposa de un superintendente de la policía, la señora Snajderova. (FILMAFFINITY)
24 de febrero de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jana es la señora Snajdrové, que aparece ante nosotros casi por casualidad en la estación de la que bajan tres estudiantes venidos de Praga. Estamos en un pueblo de la antigua Checoslovaquia, son los años sesenta y es imposible no pensar en el contexto tan especial que se vivió en este rincón del mundo en esta época. La llamada ´nueva ola checoslovaca´ supuso una explosión cultural y de creatividad excepcionales, algo que de lo que no escapó el cine y por lo que podemos estar agradecidos.

En un contexto tan especial los hermanos Milkani colocan a Jana en una estación de tren, algo que no nos pasará inadvertido ni a nosotros ni a la otra parte interesada, el joven operario de cámara de origen albanés que no parece muy selectivo a la hora de intimar con el sexo opuesto. Es lo que parece, hasta que tras ciertos encuentros fortuitos las cosas que tiene que pasar pasan, son las cosas del amor que no entiende de edades ni de estados políticos.

La película duele porque están atrapados, porque el socialismo mal llevado se convirtió en una cárcel para todos y no hay lugar para que el amor se expanda, sin libertad, condicionados por terceros, sólo hay lugar para tristeza. Que no le quepa duda a nadie: tristeza de ella, más que de nadie. Para el recuerdo quedará ese brindis por que el tiempo pase más despacio. Lo escribo y lo reescribo y cada vez duele más; brindar por una razón tan triste, brindar por ese tiempo cruel que acaba con todo, que el tiempo pase más despacio...

Para el recuerdo también quedará la última conversación del joven albanés con el señor conde, una delicia, casi sin conocerse y ofreciéndose de forma mútua una amistad de tamaño inmenso, con una cordialidad ejemplar. Y por supuesto, la inevitable decisión final, ya camino otra vez de la estación nos damos cuenta de nuevo que viven atrapados y machacados por el sistema comunista. Para ambos quedará un recuerdo maravilloso, pero también una tristeza infinita por lo que no pudo ser. Más tristeza para ella por supuesto, por si no había quedado claro, ésta es la película de la tristeza de Jana. No caben suficientes palabras en una carta de despedida así.
Luisito
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