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Cuba Cuba · Barcelona
Voto de Luisito:
8
Drama Cleo, una joven cantante, espera impaciente los resultados de un examen médico. Cuando una adivina que lee las cartas le revela que tiene cáncer y que puede morir, su inquietud aumenta. Tratando de ocupar su tiempo a la espera de los resultados, Cleo conoce a un joven soldado, a punto de partir para hacer el servicio militar en Argelia, al que confía su temor a la muerte. (FILMAFFINITY)
5 de mayo de 2019
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que le pasa a la bella Cleo en ese espacio de tiempo es sólo un retal de su vida, un pequeño capítulo que Agnes Varda, que nos dejó recientemente, inventa para ofrecer una película que destaca por su rareza, por su innovación y por su feminismo. No soy un seguidor de la Nouvelle Vague, paso de las corrientes, de las etiquetas y de las banderas, pero creo que todo cinéfilo debería pasarse por "Cleo de 5 a 7", que es francesa, por lo visto encuadra con la corriente cinematográfica señalada y sobre todo, la firma Varda, que es a quien quería homenajear.

Por lo visto acostumbraba a mover poco presupuesto para sus películas, algo que contrastaba, según ella misma, con el éxito que sí se le reconocía a su cine. No sé si se nota mucho ese bajo presupuesto en la historia de Cleo, el caso es que en mi opinión destaca por sus exteriores, por unos travellings bien colocados y en cuanto a lo que le sucede a la protagonista, personalmente me acaba convenciendo en su parte final. La imagen que se nos ofrece de Cleo es la de alguien materialista, estúpidamente supersticiosa y con quien es difícil simpatizar. Una más de entre las tantas que podría haber.

Pero no, por fortuna para nosotros a Cleo le da por conversar con un militar en un parque cuando lo normal hubiera sido que lo hubiera espantado, así que ante nosotros por sorpresa, cuando parecía imposible, tiene lugar la magia del cine.

Cleo cambia de vida, se muda de planeta, se olvida del ridículo Vilallonga y por fin toca de pies a tierra. Casualidades, casi son las siete, es la hora de despedirnos y toda su insignificante vida cobra otro valor. Son cosas que quizás sólo los franceses saben hacer, porque él le dice que ojalá pudiera quedarse con ella, no se han dado ni un beso, sí salen agarrados de la mano del hospital (lo cual es precioso), y ella le responde con su mirada como diciéndole lo mismo, ojalá no tuvieran que separarse ahora que se acaban de conocer y empiezan una nueva vida.

Maravilloso, la magia del cine nada menos...
Luisito
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