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Cuba Cuba · Barcelona
Voto de Luisito:
8
Drama Yae es una campesina viuda que vive con su hijo y bajo el asfixiante control de su suegra. La llegada de Okawa, un periodista de ciudad, supone una esperanza de felicidad e independencia. Mientras tanto, su hermano mayor Watsuke, que vive aferrado a la tierra, trata de dirigir el futuro de sus tres hijos, tentados por el mundo urbano. Naruse desarrolla un tema típico del cine clásico nipón como son los conflictos generacionales, en ... [+]
13 de febrero de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver una película de Naruse es darse un buen homenaje. Su filmografía está repleta de buenos títulos, es uno de los directores japoneses que más buenas películas tiene, una detrás de otra, no falla. "Nubes de verano" cuenta con el aliciente de ver el desarrollo de una historia en color, una historia que es en apariencia de lo más corriente, con un tema recurrente tanto en él como en el mismo Ozu, subrayando una y otra vez la distancia generacional entre los personajes y el choque por los consecuentes cambios de mentalidad. Máximo respeto, sí, siempre, pero distintas maneras de vivir el paso del tiempo.

A ello se le suma la distancia entre el campo y la ciudad, las consecuencias de mirar adelante y caminar hacia el futuro en la cresta de la ola (eso por parte de las generaciones más nuevas) en contraste con quienes sólo ven la tierra, siendo un campesino en esencia alguien aferrado a sus tierras (evidentemente, una mentalidad más propia de las viejas generaciones).

De ese choque nace una película que cuenta con muchísimos personajes, pero Naruse obra el milagro: el hilo no se pierde jamás, no es necesario poner demasiada atención, el maestro nos lo pone fácil a través a menudo de unas elipsis tan elegantes que es para quitarse el sombrero. Entre tanto personaje me resulta maravilloso no echar de menos a Hideko Takamine, que deja su paso a una extraordinaria Chikage Awashima. Ella es el hilo conductor, es quien pone los puntos sobre las íes, es quien media en un matrimonio, quien aconseja a todos y quien sufre sabiéndose ninguneada por el orden establecido en el campo. Y qué decir de su búsqueda de la felicidad: una maravilla.

Dos horas de una película que por suerte no se decanta hacia lo trágico, en esta ocasión el espectador es un privilegiado observador de los cambios de la vida en el campo: tractores y bueyes, bicicletas y coches, un tren que separa las tierras, el trigo, el arroz, el sake y el cochino dinero. Y además en un color maravilloso. Una película sin aristas, una nueva buena película de Naruse, una notable película, imprescindible para los seguidores del cine japonés.
Luisito
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