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Cuba Cuba · Barcelona
Voto de Luisito:
7
Drama Una joven casada trata de reunir suficiente dinero para abrir su propia cafetería. Para ello consigue un préstamo con el que realizar su sueño. La llegada del hermano de su marido dificultará estos planes. (FILMAFFINITY)
25 de julio de 2015
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cualquiera que se acerque y curiosee sobre la historia del cine japonés va a toparse repetidamente con varios nombres propios, que son de verdad imprescindibles, entre los que no aparecerá Mikio Naruse. No nos encontramos ninguna de sus películas ni dentro del top 10 de FA. Antes que a Naruse, en cualquier lugar, se menciona a Kurosawa, Ozu y Mizoguchi, la santa trinidad del cine japonés, los directores que más han llegado a occidente, los más célebres fuera de Japón. Mención especial merece Masaki Kobayashi, otro nombre menos conocido (creo) y básicamente todo un portento (de eso estoy convencido).

Hoy me propongo defender a Naruse, "Secreto de esposa" es mi excusa, una película muy poco conocida acerca de una familia japonesa que quiere tirar para adelante. La sombra de la IIªGM sigue planeando por el país, pero la realidad económica (esto son hechos reales) permite ser optimista. Así que en plena efervescencia social una mujer, la musa de Naruse, Hideko Takamine, pretende dar ese paso adelante que permite la coyuntura. El cine de Naruse, por lo que he visto hasta hoy, consigue atrapar a través de historias cotidianas de la vida del japonés de ese momento. Y es bueno, tanto como Ozu, incluso mejor. Aquí, como en otras ocasiones, pone el protagonismo en la mujer, que ancestralmente juega un papel secundario en la vida de la familia y aquí es protagonista sin complejos. Naruse nos enseña las torpezas de unos, la valentía de otros, el egoísmo lamentable de otros, tantos y tantos sacrificios de la pobre Takamine, valiente y contenida a la vez. Los conflictos que plantea Naruse son una explosión de vida. Incluso aparece por ahí el gran Toshiro Mifune, con traje y corbata, tentando a Takamine casi sin querer...

Sé que mis elogios a Naruse están limitados a los cinco o seis títulos que me han llegado. Pero de momento, nada que envidiar a esos grandes nombres propios que todos conocemos. El cine de Naruse fluye como un río, sus historias pasan por delante de nosotros plácidamente... Estas últimas palabras no son mías, son de alguien que se consideraba discípulo suyo, nada menos que Kurosawa. Para meterse en el cine de Naruse, el gran olvidado, sólo hay que dar un paso. Vale la pena intentarlo, palabra.
Luisito
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