Es una lástima que "La conspiración del silencio" mantenga ese tono de telefilm que tanto disgusta a menudo, de no ser por esa apariencia que echa tanto para atrás, estaríamos hablando de una película enorme. Porque la reflexión que hace no es la de siempre, tiene el maravilloso matiz de irse unos cuantos años más allá del fin de la IIªGM y la desaparición el régimen nacionalsocialista. Sorprende encontrarse con alemanes que habiendo nacido en los años treinta desconocían qué fue Auschwitz, no sabían lo que sucedió allí y en otros campos de la muerte. Sorprende que la Alemania nueva, fundada ya con una constitución en democracia, viviera en el silencio y la ignorancia de unos hechos que la han marcado para siempre. En este sentido, el título de la película es excesivamente explícito.

¿Fueron todos nazis? Hoy sabemos que lo excepcional era no ser el partido, de otra manera era muy complicado sobrevivir. Otra cosa era llegar a los años sesenta teniendo aún la conciencia de nazi. La reflexión ahí queda, eso de que un país se juzge a sí mismo, a su población, es un ejemplo que debería tomar más de un Estado.

Por lo tanto, la película tiene una buena cantidad de aciertos, trata de un tema concreto de su pasado pero del cual podemos tomar parte. Fue una Guerra Mundial, caramba. Es muy cierto que estamos hasta las cejas de filmografía sobre el tema, pero "La conspiración del silencio" se ha hecho en Alemania, es un golpe en la mesa rotundo. Y necesario seguramente. Nadie se escapó, hubieron civiles más o menos comprometidos, pero en definitiva todos tuvieron que arrastrar cierta culpabilidad.