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Cuba Cuba · Barcelona
Voto de Luisito:
7
Western. Drama Nebraska, 1855. Mary Bee Cuddy (Hilary Swank), una mujer solitaria que vive en un remoto pueblo del Medio Oeste, es elegida por la Iglesia para hacer regresar al mundo civilizado a tres mujeres que han perdido la razón. Para ello, cuenta con Briggs (Tommy Lee Jones), un delincuente al que salva de la horca con la condición de que la ayude a ejecutar su misión. Juntos emprenden un largo y peligroso viaje a través del desierto, desde ... [+]
22 de diciembre de 2018
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un western realizado en el actual siglo es un buen regalo. Vaya, me estoy repitiendo, tal vez como si no fuera el primero que veo hoy. En todo caso, "Deuda de honor" es un regalo para aquellos que sean seguidores del género, porque aunque estemos acostumbrados a otra textura, a otro estilo, lo que aquí vemos en parte podría haberse rodado hace muchas décadas en plena época dorada del western.

Hasta que aparece Tommy Lee Jones, en un papel hecho a su medida, que para eso dirige, la película no parece que trate demasiado bien a la protagonista. Pues vaya, tras la contratación eventual del sinvergüenza en cuestión, la cosa no mejora demasiado. La dureza del territorio que pisan, la dureza del trabajo que tienen que realizar, la dureza del clima, de las condiciones del viaje y finalmente la dureza del trato que recibe constantemente nuestra protagonista: definitivamente ella merecía mejores cosas, mejor vida.

De algo así cualquier espectador defendería su posición exigiendo gotas de humor, algo de dignidad humana, de esperanza. Y no, lo que tenemos ante nosotros es una bofetada de realismo que no a todos tiene por qué gustar. En pleno S.XIX la mortalidad infantil estaba por las nubes, las hambrunas a la vuelta de la esquina, la violencia debía ser la primera moneda de uso en cualquier conflicto y los tentáculos de la religión eran tan largos hasta alcanzar lugares tan inhóspitos en aquella época como Nebraska o las Dakotas. Y por seguir con la lista de crueldades, cualquier árbol era bueno para practicar el suicidio.

Dicho esto me planto, no sin citar a un buen amigo que señala que la última escena la podría haber filmado Eastwood perfectamente, con un Lee Jones desatado, pegando tiros, cantando, bailando y seguramente convencido que esa mujer merecía más respeto, mejores cosas. Cualquier cosa menos ser llamada fea, tan fea como un cubo de hojalata. Qué triste...
Luisito
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