Siempre que me topo ante una película de la década de los sesenta de la antigua Checoslovaquia sé que tengo delante de mí algo diferente y original. Una y otra vez no dejo de asombrarme, una y otra vez mi admiración crece cuando hablo de Checoslovaquia y su singular explosión cultural. Y una y otra vez me hago la misma pregunta: ¿cómo puede ser que en ese lugar se produjera tal esplendor artístico que con toda lógica lleva a todos a señalar esa época como su especial edad de oro del cine?; ¿por qué tan elevada calidad?; ¿por qué tan buen cine? Es evidente que el clima de opresión y el desencanto político ayudó a que unos cuantos (afortunadamente para nosotros) se manifestaran a través de la cultura.

Esta época nos ha dejado unas cuantas obras maestras y muchísimo cine tan notable como este "Viaje al fin del universo". Sin duda, una película que toca techo en cuanto al propio género, imprescindible para sus seguidores. Todo aquel que tenga presente la ciencia-ficción que se hacía en los USA en ese mismo momento convendrá que esta cinta proveniente del otro lado del muro está muy por encima. Tanto en técnica de efectos especiales como en el propio guión, esta película es superior. Sorprende por su originalidad, por tratar de algo tan absurdamente maravilloso como buscar vida en el último confín del universo. En su primera parte conoceremos al reparto coral de la protagónica nave espacial y veremos los detalles de la vida como astronautas. En la segunda parte la tensión lo abarca todo y la aventura propiamente espacial se desata. Teniendo en cuenta que es de ciencia-ficción, al guión no se le puede reprochar nada.

Así pues, una pequeña genialidad más venida de Checoslovaquia y como siempre, injustamente olvidada.