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España España · Las Palmas
Voto de Oscar:
9
Drama Crónica de la prolongada y artificial agonía a la que fue sometido Francisco Franco, dictador de España desde el fin de la Guerra Civil (1936-1939) hasta su muerte el 20 de noviembre de 1975. El relato se construye a partir del punto de vista de distintas personas cercanas al Caudillo, su familia y el equipo médico que lo atendió. (FILMAFFINITY)
18 de noviembre de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante un episodio de la historia de España llevado a la pantalla con un rigor histórico magistral y del que estamos poco acostumbrados, ya que siempre que algún director lleva a la pantalla algún episodio relacionado con este periodo concreto de la historia siempre lo hace desde la caricatura, la revancha, la mentira y la manipulación maniquea que trata como imbéciles a los telespectadores para inculcarles lo malo malísimo que eran unos y lo bueno buenísimos que eran los otros.

Aquí no ocurre eso. Es un gran trabajo dirigido por Roberto Bodegas y con una interpretación brillante de Manuel Alexander, de sus últimos trabajos. Así como también el de Andrés Resino como el presidente de las Cortes. Para los aficionados a la historia les será muy grato ya que en todo momento está basado en el testimonio en primera persona del equipo médico del General Franco y de gran número de historiadores que se han acercado a esos delicados momentos con rigor científico. Dos testimonios fueron esenciales para abordar la enfermedad y el último periodo, los del doctor D. Vicente Gil y D. Vicente Pozuelo. Dos médicos que acompañaron buena parte de la vida del general. Y el testimonio de los médicos que lo atendieron en la hora final, todo el amplio grupo que componían en equipo habitual, de entre los que destaca el doctor D. Vital Aza y D. Hidalgo Huertas.

Cuando se tiene una buena base histórica resulta aceptable el trabajo cinematográfico que sale de ella. Una película televisiva hecha con rigor, seriedad, respeto, que no cae en la caricatura, ni en la burla facilona ni en el insulto previsible de los que no leen ni se informan de nada pero sin embargo lo saben todo y dan lecciones a todos.

La película refleja con exactitud los meses y semanas desde que se percibió con mayor seriedad la enfermedad de Francisco Franco como algo irreversible. Según su hija, doña Carmen, Franco asumió entre el 14 y el 16 de octubre que estaba en trance de morir. La película narra muy bien esos días y especialmente el 18 de octubre en el que, consciente de la gravedad de su enfermedad, Franco se encierra en su despacho y escribe de su puño y letra el que sería su último mensaje a los españoles.

También la película recoge con fidelidad como a pesar de ser consenciente de su enfermedad, siguió sometido a una presión estresante atendiendo los graves asuntos políticos que se iban sucediendo en esos días como eran los frecuentes atentados terroristas d la organización criminal E.T.A o la invasión de Marruecos al territorio del Sáhara.

Una de las escenas más impresionantes de la película y también retratada con gran rigor histórico es la de la operación de emergencia que se le realiza improvisadamente en el botiquín del Regimiento de la Guardia de El Pardo la madrugada del 4 de noviembre, envuelto en una alfombra porque aun no se había terminado una camilla adecuada a la estructura de El Pardo.
Tanto en la película como en los testimonios reales de los médicos que lo atendían, queda patente que nunca jamás recibieron presión alguna en ningún sentido y que hicieron lo que estimaron conveniente. Fueron las circunstancias y el desarrollo de la enfermedad los que dictaron los acontecimientos.

Y aunque la película no lo desarrolla, también refleja someramente esa preocupación del pueblo español ante la enfermedad de su jefe de Estado. En realidad fueron muchos los ciudadanos que cada día se acercaban a las puertas de El Pardo y luego del hospital La Paz. Muchos rezaban por él, llevaron flores y ofrecieron su sangre e incluso algunos sus órganos por si fuera necesario. Los periódicos contaron el gesto de una niña llamada Paloma Trujillo que cada día llevó una flor para Franco a la Paz.
Y por último destacar el gran trabajo de ambientación, fotografía y decoración. Las reproducciones de las estancias del palacio de El Pardo son portentosas.

En definitiva, una película fundamental para todos los que quieran saber y estudiar sin prejuicios ni manipulaciones lo que sucedió aquellos días de noviembre en los que falleció el General Francisco.F.
Oscar
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