Media votos
7,4
Votos
346
Críticas
287
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Oscar:
8
5,2
51
Comedia
Polonio ha sido el primer niño del pueblo que ha hecho la Primera Comunión con un traje blanco, tal y como se estila en Madrid. Marcos no quiere ser menos y decide que no tomará la Primera Comunión si no es vestido con un traje tan bonito como el de Polonio, como le prometió su madre poco antes de morir. (FILMAFFINITY)
13 de julio de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fue en 1956 cuando Vicente Escrivá le ofrece al director Rafael Gil inspirado en un hecho real; la historia de un niño pobre, que sin dinero para hacer la primera comunión vestido de blanco, como le hubiese gustado a su madre fallecida, le lleva a una prodigiosa odisea para conseguirlo… A Gil le gustó la idea y en coproducción con Italia se puso manos a la obra.
La película presento a dos niños en los papeles principales: Miguel Angel Rodriguez (Polonio) y el protagonista Miguelito Gil, el niño que fue lanzado como competencia a Pablito Calvo y Joselito, y que logró con Un traje blanco su mejor película. Supo estar a la altura de una historia dramática y sensible que capta a la perfección la finura y la pureza del alma y la psicología infantil.
Un gran acierto en la filmografía de Rafael Gil que supo captar de un caso real, sencillo y humano, un gran resultado artístico. Cine de la mejor calidad temática y artística que tiene sus dosis de moral sin ser moralista, es también docente sin proponérselo; realista pero sin complicaciones y sencilla sin vulgaridad.
Ofrece un fiel retrato costumbrista. La escena del niño en los grandes almacenes es admirable como cuando se prueba el traje soñado, o sus correrías con su amigo Polonio. O sus cómicos intentos para evitar tomar la Comunión sin el traje blanco que su madre fallecida había imaginado para él.
Y como dato curioso decir que en las escenas finales aparece Rafaelito Gil jr, el hijo del director que según cuenta, a sus ocho años le hizo repetir a su padre varias veces las tomas hasta que salió perfecta.
La película presento a dos niños en los papeles principales: Miguel Angel Rodriguez (Polonio) y el protagonista Miguelito Gil, el niño que fue lanzado como competencia a Pablito Calvo y Joselito, y que logró con Un traje blanco su mejor película. Supo estar a la altura de una historia dramática y sensible que capta a la perfección la finura y la pureza del alma y la psicología infantil.
Un gran acierto en la filmografía de Rafael Gil que supo captar de un caso real, sencillo y humano, un gran resultado artístico. Cine de la mejor calidad temática y artística que tiene sus dosis de moral sin ser moralista, es también docente sin proponérselo; realista pero sin complicaciones y sencilla sin vulgaridad.
Ofrece un fiel retrato costumbrista. La escena del niño en los grandes almacenes es admirable como cuando se prueba el traje soñado, o sus correrías con su amigo Polonio. O sus cómicos intentos para evitar tomar la Comunión sin el traje blanco que su madre fallecida había imaginado para él.
Y como dato curioso decir que en las escenas finales aparece Rafaelito Gil jr, el hijo del director que según cuenta, a sus ocho años le hizo repetir a su padre varias veces las tomas hasta que salió perfecta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Los últimos 15 minutos de la película cuando su hermano mayor gasta sus ahorros en el juego y el tiene que tomar una decisión heroica, se alcanza un clima de alta emoción, como en los mejores melodramas, que son aquellos en los que se puede llorar sin rubor. Un desenlace apoteósico muy en la línea de “¡Qué bello es vivir!” de Capra. Y esta rodado con tanta sinceridad y convicción que resulta hermoso y gratificante. Y por supuesto gran parte del merito lo tiene Miguelito Gil, que fue un autentico descubrimiento y esta esplendido. Es una pena que su fama resultara efímera e inferior a la de sus dos rivales infantiles. Pero lo cierto es que Un traje blanco le garantiza un lugar en la historia del cine español.