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España España · Las Palmas
Voto de Oscar:
8
Comedia Todo comienza una mañana del 20 de noviembre de 1978, cuando un camionero recoge a un extraño individuo en mitad de la carretera. Cuando éste le indica que le lleve al Palacio del Pardo (residencia oficial del dictador), el camionero se da cuenta de quién puede ser el autoestopista. (FILMAFFINITY)
13 de julio de 2019
14 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después del enorme éxito de “La boda del señor cura”, Rafael Gil se anima con otra adaptación literaria del gran Fernando Vizcaíno Casas, de su novela “Y al tercer año resucitó”, una novela que batió récord de lectores en la temporada y que también lo hará en su versión cinematográfica convirtiéndose esta en una de las películas de más éxito y más taquillera.

La historia se sitúa en el año 1978, cuando un cruce de información hace saltar a los teletipos la noticia de que Francisco Franco ha resucitado, justo el mismo día y al tercer año de su muerte. Las reacciones no se harán esperar en la llamada Asociación de Países Ibéricos (antes España), en las manifestaciones del Sindicato de Trabajadoras del Amor, en las huelgas programadas, en el ensayo de una comedia abstracta, en el rodaje de una película erótica zoofilica, y por supuesto en los políticos del momento.

Todas estas gentes y muchas otras coincidirán en la manifestación convocada en la Plaza de Oriente para conmemorar el aniversario… sin embargo, Francisco Franco no aparece en el balcón del Palacio.
“Y al tercer año resucitó” es una excelente película y una farsa satírica que lanza unos dardos afilados contra determinados abusos y personajes del momento: el Asamblea de Regiones donde cada uno habla su idioma o dialecto, el rodaje de la película eoritica por un productor que en los años cincuenta presentaba películas religiosas, el cura comunista… Y sobre todo la reacción cobarde de todos aquellos que lo mismo que cambiaron “de chaqueta” , lo vuelven a hacer ahora: el productor de cine saca de nuevo sus carteles de películas patrióticas, el cura se pone de nuevo la sotana, el político acude al armario a desempolvar la camisa azul, otro político pide un billete para el primer vuelvo que lo devuelva al extranjero…

La película se compone de viñetas casi independientes, unas más logradas y graciosas que otras, pero todas ellas muy acertadas, mordaces, y curiosamente proféticas vista hoy la película.
Los actores, muchos de ellos veteranos y habituales en la filmografía del director, componen uno de los mayores atractivos de la película: Mary Begoña, Jose Bodalo, Francisco Cecilio, Florinda Chico, Isabel Luque, Fernando Sancho, Tip y Coll, Angel de Andrés, Antonio Garisa, Jose Nieto, Jual Luis Galiardo…etc.

Es de justicia hacer una puntualización a los autores del libro “Historia del cine español” (Cátedra, 1995) que calificaron impúdicamente esta película como “apocalíptica” y “cine ideologizado de extrema derecha”. Cualquiera que contemple la obra comprenderá lo incorrecto del calificativo. Pero la afirmación más absurda que afirman es que el destinatario de la película era “los grupúsculos de extrema derecha”. Ningún proyecto cinematográfico se hace pone en marcha solo para un “grupúsculo”. Y semejante falacia no se sostiene ya que si se comprueba la recaudación en taquilla de esta película fue impresionante. Fue una de las películas más taquillera del año 1980. Por lo que es fácil concluir el sectarismo y la desinformación de los autores del texto de “Historia del cine español”.

En definitiva, “Y al tercer año resucito” es una buen documento de la época, una interesante reflexión que curiosamente ha resultado profética en algunos de los abusos a los que ha llegado la sociedad y la clase política, y es un film divertido. Evidentemente no es una obra maestra ni pretende serlo, pero en la historia del cine español de estos años ocupa un puesto fundamental que no puede ignorarse.
Oscar
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