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España España · Madrid
Voto de horacio:
9
Comedia Comedia satírica en la que cuatro grandes directores italianos hacen una adaptación cinematográfica de algunos cuentos de Boccaccio. En "Renzo y Luciana", Monicelli narra la historia de un hombre y una mujer que se ven obligados a casarse en secreto para no perder su trabajo. En "Le tentazioni del dottor Antonio", dirigida por Fellini, un hombre se siente muy escandalizado por un cartel publicitario. En "Il lavoro" Visconti cuenta la ... [+]
10 de febrero de 2008
28 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
El gran Visconti ya la había dirigido en teatro, pero me parece que en cine se estrenan en este breve episodio que siempre que lo veo me deja grogui: y es que está vivamente representada la propia vida de Romy sin ella saberlo aún en aquellos años 60 de un despertar creativo y sentimental muy fuerte...

En esta situación donde se juega, fundamentalmente, con los intentos por atraer a quien más amas pero no solo no te hace caso sino que te intercambia con otros u otras, la emoción del riesgo sentimental de darlo todo con suicida afán, tiene una carga dramática de enorme valor.

Mi querida Romy Schneider tuvo una vida sentimental ajetreada y bastante terrible. Al parecer sólo amó a Alain Delon quien la dejó repentinamente y con quien, en definitiva, creó una gran amistad que no pudo impedir el suicidio de la actriz, suicidio después de la muerte por accidente de su hijo, del suicidio de un ex marido y de un devenir de situaciones dramáticas de distinto tipo.

Dramas tremendos tras la serena belleza que portaba, belleza misteriosa y envolvente que Visconti volvería a retratar en "Ludwig", una colaboración tan solo pero que deja una impresión también muy poderosa.

Bocaccio 70 reunió a cuatro directores estupendos por primera y única vez. Además del corto de Visconti me gusta mucho el de Fellini, y los demás sobre todo por los actorazos que intervienen. En general se acusa el paso del tiempo, excepto en el ya mencionado de Romy Schneider, trabajado por Visconti como si de una obra de teatro se tratara, pero no lo digo en el mal sentido, por lo estático que esto pueda parecer a algunos, sino por el dominio de los detalles, la expresividad, los gestos y los sentimientos desarrollados en un espacio reducido a través de una cámara ágil, expresiva.

Como soy un gran amante del teatro, siempre que señalo estos aspectos lo hago de forma elogiosa. Así que para mí, tras la secuencia final, los últimos gestos de Romy, se apagan lentamente las luces o lento cae el telón... pero de un cine imaginario, porque es algo tan sutil e intimista que en teatro se perdería. No sé explicarme muy bien: pero es emocionante, más aún conociendo el trágico final de la actriz alrededor de veinte años después de esta película, muerta en la plenitud de sus facultades actorales, en bellísima madurez pero fatalmente desolada en la vida sentimental.
horacio
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