Esta tercera parte de la saga sigue el mismo esquema general que las dos anteriores. Se parece más en su forma a la primera (cosa normal, ya que James Wong, que dirigió "Destino Final" vuelve a dirigir esta tercera parte). Es mejor ver antes la primera, para poder entender mejor como va todo el tema de los turnos, el destino, la muerte, etc. Pero tampoco es que sea una cosa muy complicada... La película no tiene ambiciones, es puro entretenimiento. Eso sí, la historia está menos currada que las de las dos películas anteriores, que no tenían una historia que fuera una maravilla, pero resultaban más "creíbles", cosa de la que también tienen culpa los mediocres actores de esta tercera entrega (aunque los de las anteriores tampoco es que fueran unos cracks precisamente). Algunos de los personajes son unos idiotas insufribles pero afortunadamente mueren los primeros. Las muertes son mucho menos ingeniosas que las de la primera y, sobre todo, la segunda película, se ve que ya está un poco gastado el tema. En definitiva, una película entretenida para ver con los amiguetes, pero que ha terminado de apurar una saga que debería acabar aquí.