Este western es distinto a cualquiera que hayamos podido ver antes. En primer lugar, porque no está rodado a la manera “convencional”, el estilo que más se le acerque es quizás el de “Sin Perdón”, de Clint Eastwood (lo que no quiere decir que sean parecidos en absoluto). En segundo lugar, porque la acción se desarrolla en Australia y no en el oeste norteamericano.

Esta película tiene momentos bastante buenos e imágenes con mucha fuerza, pero lamentablemente no son la nota dominante del film. Es una película muy irregular porque también tiene momentos en los que se hace muy lenta y pesada, y se tira un rato para no decir nada. También el guión tiene sus defectos, porque de esta historia se podría haber sacado más partido, y la historia da algunos tumbos y no queda claro a donde quiere ir, es un tanto ambigua.

Del reparto hay que destacar a Ray Winstone. Guy Pearce está desaprovechado, aunque no lo hace mal.

Una película interesante, aunque fallida, pero es un valiente intento de dar un nuevo impulso al género del western, que anda de capa caída, y renovarlo.