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Voto de MARIANA:
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Drama
Tras la II Guerra Mundial, Siggi Jepsen está en una institución para educar a los jóvenes difíciles. Dentro, Siggi debería escribir un ensayo sobre "los placeres del deber", pero no tiene ni idea de cómo hacerlo. Solo cuando está encerrado en una celda acuden a él los recuerdos de su infancia: su padre, Jens Ole Jepsen, un oficial de policía, recibió el encargo de vigilar al pintor expresionista Ludwig Nansen.
13 de diciembre de 2020
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siggi Jepsen es alumno en una institución para jóvenes con dificultades de adaptación. Cuando el profesor encarga a la clase hacer una redacción con el título "El placer del deber", él se queda como paralizado y, no sabiendo por dónde empezar, le entrega el trabajo en blanco al profesor. Éste, inmediatamente, alerta a la dirección y es encerrado en una celda de castigo de la que no saldrá hasta que realice la redacción. Y allí comienza a escribir sin parar los recuerdos que guardaba, sin procesar, en lo más hondo de su alma...
Mediante inteligentes flashbacks, se nos presentan los distintos personajes de su historia y las escenas ambientadas durante la segunda guerra mundial, en una población rural.
Está muy bien relatada, no resulta lenta, pues cada escena es necesaria y aporta un dato nuevo.
No puedo estar de acuerdo con algunas críticas y comentarios, pues no creo que se trate simplemente de "una carta al pasado", ni de un drama histórico, ni de una historia sobre la influencia del nazismo en la población. Creo que es mucho más y lo explico en el spoiler por exigencias de FA...
(sigo en spoiler)
Mediante inteligentes flashbacks, se nos presentan los distintos personajes de su historia y las escenas ambientadas durante la segunda guerra mundial, en una población rural.
Está muy bien relatada, no resulta lenta, pues cada escena es necesaria y aporta un dato nuevo.
No puedo estar de acuerdo con algunas críticas y comentarios, pues no creo que se trate simplemente de "una carta al pasado", ni de un drama histórico, ni de una historia sobre la influencia del nazismo en la población. Creo que es mucho más y lo explico en el spoiler por exigencias de FA...
(sigo en spoiler)
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spoiler:
El padre de Siggi, Jens, un policía adicto al nazismo y entusiasta de lo que él considera su deber, le encarga vigilar a su cuñado, el pintor expresionista Max Ludwig Nansen -que, por cierto, le salvó de morir ahogado en su infancia-, ya que el régimen consideraba su obra subversiva, prohibiéndole seguir con su trabajo y llegando a confiscarla por completo. El crío adora a su tío y se debate entre la misión encomendada por su padre, que representa una autoridad deshumanizada que castiga sin piedad la desobediencia y su amor por el pintor y el horizonte más amplio y libre que éste le ofrece.
Y vamos viendo cómo el policía se va degradando y llega a sacrificar a su familia ante lo que él considera su deber... Y, del mismo modo, el espectador se ve inmerso en un creciente clima de tensión y violencia, el terror se refleja de modo sutil pero inequívoco en los ojos de los protagonistas, en sus silencios, en sus gestos, en la distintas situaciones... Siggi sufre la tremenda contradicción entre el "deber" que le exige su padre y el "placer" que obtiene con las enseñanzas de su tío el pintor (por eso el título de la redacción le descoloca en el centro educativo), comete errores que traen consecuencias, va aprendiendo a eludir ese supuesto deber, pero siempre con dudas... se producen escenas de gran dramatismo, la mayor parte narradas con gran sutilidad... hasta que llegan los aliados, termina la guerra y Jens es detenido y encarcelado. Pero, al cabo de unos años, cuando todos pensaban que nunca volvería y habían recuperado la libertad, reaparece y es reintegrado a su antiguo puesto, ante la estupefacción de su familia y del espectador...
A través de los recuerdos de infancia de un joven interno en un centro de educación especial (descubrimos por qué al final), se nos cuenta la historia de un psicópata abusador, empoderado primero por el nazismo y, más tarde, por el nuevo régimen tras el final de la guerra. No se trata de una historia más sobre el totalitarismo, sino que es una reflexión sobre el poder y cómo utiliza a ciertos individuos (a pesar de ser dementes, psicópatas, desquiciados, torturadores...), para doblegar y someter al resto a las reglas del sistema. Estos individuos son valiosos al parecer en sistemas de cualquier signo. En España tenemos un claro ejemplo en el recientemente fallecido y nunca juzgado Billy el Niño, que se benefició de honores y prebendas tanto en dictadura como en democracia.
Y eso es lo tremendo y lo especial, a mi parecer, de esta estupenda y terrorífica historia. En la sociedad que "renace" de las cenizas del nazismo, aparentemente, hay libertad, el pintor vuelve a ser reconocido y a cosechar éxitos, pero en realidad es una falsa apariencia, pues no da cabida a la rebeldía, ni comprende al diferente, al que continúa encerrando y castigando. Magnífica escena final
Y vamos viendo cómo el policía se va degradando y llega a sacrificar a su familia ante lo que él considera su deber... Y, del mismo modo, el espectador se ve inmerso en un creciente clima de tensión y violencia, el terror se refleja de modo sutil pero inequívoco en los ojos de los protagonistas, en sus silencios, en sus gestos, en la distintas situaciones... Siggi sufre la tremenda contradicción entre el "deber" que le exige su padre y el "placer" que obtiene con las enseñanzas de su tío el pintor (por eso el título de la redacción le descoloca en el centro educativo), comete errores que traen consecuencias, va aprendiendo a eludir ese supuesto deber, pero siempre con dudas... se producen escenas de gran dramatismo, la mayor parte narradas con gran sutilidad... hasta que llegan los aliados, termina la guerra y Jens es detenido y encarcelado. Pero, al cabo de unos años, cuando todos pensaban que nunca volvería y habían recuperado la libertad, reaparece y es reintegrado a su antiguo puesto, ante la estupefacción de su familia y del espectador...
A través de los recuerdos de infancia de un joven interno en un centro de educación especial (descubrimos por qué al final), se nos cuenta la historia de un psicópata abusador, empoderado primero por el nazismo y, más tarde, por el nuevo régimen tras el final de la guerra. No se trata de una historia más sobre el totalitarismo, sino que es una reflexión sobre el poder y cómo utiliza a ciertos individuos (a pesar de ser dementes, psicópatas, desquiciados, torturadores...), para doblegar y someter al resto a las reglas del sistema. Estos individuos son valiosos al parecer en sistemas de cualquier signo. En España tenemos un claro ejemplo en el recientemente fallecido y nunca juzgado Billy el Niño, que se benefició de honores y prebendas tanto en dictadura como en democracia.
Y eso es lo tremendo y lo especial, a mi parecer, de esta estupenda y terrorífica historia. En la sociedad que "renace" de las cenizas del nazismo, aparentemente, hay libertad, el pintor vuelve a ser reconocido y a cosechar éxitos, pero en realidad es una falsa apariencia, pues no da cabida a la rebeldía, ni comprende al diferente, al que continúa encerrando y castigando. Magnífica escena final