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Voto de El Despotricador Cinéfilo:
7
Cine negro. Thriller Stiles (Richard Widmark) es un jefe mafioso en alza que lucha por imponerse en el submundo criminal. Los archivos del FBI rebosan de historias sangrientas, pero hay un caso concreto que tiene desconcertado al inspector Briggs (Lloyd Nolan). Se trata de dos asesinatos: un ama de casa y el guardia de seguridad de un banco, abatidos ambos por la misma arma, pero sin que exista ninguna otra conexión entre ellos. Decidido a llegar hasta el ... [+]
26 de mayo de 2013
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que Richard Widmark es una de mis debilidades cinéfilas desde siempre no es ningún secreto. Pues pertenece a esa escasa raza de actores carismáticos que en cada plano que salen se engullen la escena, se la comen enteran y eclipsan al resto de actores con su inmenso talento, atractivo y personalidad cinéfila que trasciende la pantalla y al argumento. Y como se suele decir: si hace de malo pues mejor que mejor.

A la historia del cine negro (bueno, y del cine en general) ha pasado su antológica interpretación en "El beso de la muerte" de Hathaway. Y bien podría considerarse "La calle sin nombre" una especie de continuación de aquella, pues Widmark vuelve a bordar ese arquetipo de personaje neurótico, imprevisible, sádico, visceral, inquietante, ambiguo, cruel y violento que tanto nos gusta a todos los amantes del cine negro, aportando ese toque memorable e indeleble que tanto caracterizaron sus interpretaciones sobre todo en los años 40 y 50.

Sin embargo , a pesar de que "La calle sin nombre" es un film magnífico y muy entretenido, me niego a meterlo en la misma cesta que "El beso de la muerte", pues a mi parecer tiene un lastre que perjudica la narración y del que curiosamente también se resentía otra película que vi hace unos meses y de temática argumental casi idéntica a este film: "La brigada suicida" de Anthony Mann. Este lastre es muy evidente en ambas películas: esa voz en off describiendo en exceso, en tono documental paso a paso, las andanzas y avances del agente del FBI y, sobre todo, esa apología de las virtudes patrióticas y los sacrificios diarios que realizan los agentes por el bien común.

Desde luego, la voz en off es un elemento imprescindible en cualquier film noir y un sello característico de estos tipos de films (por ejemplo la emblemática narración en off de Fred MacMurray en "Perdición", aunque claro, el maestro Wilder sabía usar en sus películas estas narraciones mejor que nadie), pero en estos dos casos el abuso resulta cansino e innecesario. De hecho el descarado remake que Fuller hizo de esta película años después ("La casa de Bambu" con unos estupendos Robert Stack y Robert Ryan) dosifica mejor este tipo de narración y acaba beneficiando al conjunto.

Por tanto, el mejor consejo podría ser quedarnos con la siempre gozosa interpretación de Widmark y pasar benévolamente por alto las demás cuestionables taras que pudiera tener el film.

www.eldespotricadorcinefilo.com
El Despotricador Cinéfilo
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