"La Sustituta" es una miniserie británica que ha sido relegada a una parrilla propensa a ofrecernos mediocres telefilms, Y no es que la película no siga los cánones que nos podemos encontrar en cualquiera de estos subproductos, no, muy al contrario, comienza a narrarnos los hechos de forma apática tanto que su primera media hora es lenta y su argumento poco innovador. No obstante, la intriga que nos depara su arranque, va in- crescendo durante bastantes secuencias y aunque su duración sea un lastre para digerir el producto en una sola tarde, no está de más decir que esta serie cuenta con bastantes logros, por lo que se erige en un entretenimiento de primera categoría. Tanto es así que me ha parecido que la calidad actoral están muy por encima del nivel de exigencia de cualquier subproducto, interpretaciones notables con una dramatizaciones muy logradas de situaciones muy verosímiles. El espectador conecta con esa idea de "pobre protagonista" "vaya tia más mala" o "menudo pamplinas el marido de la protagónica" lo que nos lleva a que realmente disfrutemos y nos pongamos en la piel de los personajes. Todo ello sea por una psicología muy conseguida de los mismos y por un cambio de aires en la relación que se cierne entre la mala (papel muy seguido en el mundo del telefilm), y una chica que verá como se pone en entredicho sus capacidades laborales, su matrimonio e incluso la faceta de poder cuidar de su hijo. Estos aspectos tratados, aunque no sean, como digo nada nuevo en este mundo a veces tan deplorable del telefilm, son de agradecer dado que se maneja con profundidad y acierto la conducta de cada personaje. Joe Ahearne no es que sea la pera dirigiendo, pero logra traspasar la barrera de lo mediocre y transmite que con poco presupuesto se puede conseguir un resultado aceptable, y por ende, un subproducto soportable.
Por tanto, una miniserie que sin ser memorable, es interesante porque plasma con verosimilitud el padecimiento y psicología de unos personajes manidos pero muy bien perfilados.