Como norma general, las películas navideñas que tratan la figura de Papa Noel o Santa Claus (a saber la diferencia) de hoy en día, suelen apostar por gran cantidad de efectos especiales, alguna moralina con la que distraernos y dirigir la vista a entretener a base de cine familiar. Esto último es el principal objetivo de este film. Sin embargo, ni los efectos especiales ni la moralina están totalmente presentes en esta película. Ésto que podría ser un defecto, no tiene porque ser así, pues este film demuestra que con gran creatividad, buena dosis de encanto, y escasos efectos especiales pero apropiados, se alcanzan grandes logros.
Nada más observando las peripecias de santa Claus, sus orígenes, poder simpatizar con los personajes, y ver como el "villano" queda retratado volando por los aires son síntomas palpables para entender que nos encontramos con un gran acierto, de éstos a los que no se le da bombo, pero que apasionan por ser pequeñas joyas para consumir en familia.