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Voto de mrvazba2k:
6
5,6
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Drama
Biopic del famoso productor discográfico (entre otros de los Beatles) Phil Spector, que acabó en prisión tras matar en su casa a Lana Clarkson, una actriz de serie B. Spector fue condenado a 19 años de cárcel y sigue encerrado. El telefilm se centra en la relación entre el productor musical (Al Pacino) y su abogada defensora Linda Kenney Baden, papel que intrepreta Helen Mirren. (FILMAFFINITY)
25 de mayo de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
A la espera de poder ver proximamente Behind the candelabra - Sofía Mazagazapos dixit-, la otra apuesta HBO para la temporada, ya he podido ver, a falta de Liberace, el no biopic, de Spector. Digo no biopic, porque se centra exclusivamente en la entrada de Linda Kenney Baden, como abogada, en la vida del loado productor discográfico, su desconfianza inicial y el convencimiento -aunque haya duda razonable- de su defensa.
Comienzo criticando el espantoso cartel que flashea la cara de los dos intérpretes y ya situado en el telefilm le juzgo con un seis, o bien por varias razones:
David Mamet escribe un guión inteligente en el que sabe jugar con las carencias de la historia, incluso en la banda sonora, imagino que a falta de subir el presupuesto para poder pagar derechos de autor de canciones de The Beatles. El problema está en que es una película actúal, con personajes vivos y si esta película se dirigiera dentro de cincuenta años probablemente se ahondaría en la relación de Phil con sus tres esposas- aquí se apunta algo con Ronnie Spector, la primera de ellos, o con sus hijos. Algo de lo que carece el guión. Es posible que dentro de cincuenta años nos pasara un poco como ahora, que no nos interesa lo que nos cuentan, sino cómo nos lo cuentan.
Comienzo criticando el espantoso cartel que flashea la cara de los dos intérpretes y ya situado en el telefilm le juzgo con un seis, o bien por varias razones:
David Mamet escribe un guión inteligente en el que sabe jugar con las carencias de la historia, incluso en la banda sonora, imagino que a falta de subir el presupuesto para poder pagar derechos de autor de canciones de The Beatles. El problema está en que es una película actúal, con personajes vivos y si esta película se dirigiera dentro de cincuenta años probablemente se ahondaría en la relación de Phil con sus tres esposas- aquí se apunta algo con Ronnie Spector, la primera de ellos, o con sus hijos. Algo de lo que carece el guión. Es posible que dentro de cincuenta años nos pasara un poco como ahora, que no nos interesa lo que nos cuentan, sino cómo nos lo cuentan.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Y en esto es dónde Mamet tiene un momento genial, en el modo que inserta teatro en el cine y hace que nos lo creamos, como la escena del juicio-ensayo, que poco a poco se sale de madre y nos indica que más adelante ya no veremos otra sesión de juicio.
Pero aquí, los que nos cuentan realmente las cosas son un par de actores protagonistas y además nos gusta cómo lo hacen. Creo en la versión original cuando los actores son así de potentes. Los dobladores deberían estar para cosas como McGyver o Dallas, o para conseguir que Sarita Montiel haga su mejor interpretación en Locura de amor, porque estaba doblada. ¡Ah! Y me olvido de los subtítulos a películas hispanoamericanas porque no viene al caso.
Es cierto, el duelo Pacino-Mirren funciona. Él se escuda en pelucas y monólogos que Mirren soporta, pero la protagonista es ella, que mide bien los tiempos, que no se escuda nada más que en el leitmotiv de su personaje- una neumonía-, que además le sirve de excusa para dejar el juicio en tablas y de paso salvarse del juicio posterior que fue el que ella no perdió, aunque su cliente sí dejándola como una heroína en los lares americanos tan amigos de las Good Wife o Erin Brockovich de turno. Mirren a la puerta de su habitación en el hotel dialogando con la mujer afroamericana se merece otro Emmy u otro Globo de Oro.
Pero aquí, los que nos cuentan realmente las cosas son un par de actores protagonistas y además nos gusta cómo lo hacen. Creo en la versión original cuando los actores son así de potentes. Los dobladores deberían estar para cosas como McGyver o Dallas, o para conseguir que Sarita Montiel haga su mejor interpretación en Locura de amor, porque estaba doblada. ¡Ah! Y me olvido de los subtítulos a películas hispanoamericanas porque no viene al caso.
Es cierto, el duelo Pacino-Mirren funciona. Él se escuda en pelucas y monólogos que Mirren soporta, pero la protagonista es ella, que mide bien los tiempos, que no se escuda nada más que en el leitmotiv de su personaje- una neumonía-, que además le sirve de excusa para dejar el juicio en tablas y de paso salvarse del juicio posterior que fue el que ella no perdió, aunque su cliente sí dejándola como una heroína en los lares americanos tan amigos de las Good Wife o Erin Brockovich de turno. Mirren a la puerta de su habitación en el hotel dialogando con la mujer afroamericana se merece otro Emmy u otro Globo de Oro.